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La estrategia que siguió el gobierno de Jalisco para contener la protesta de ayer frente a las instalaciones de la Fiscalía General del Estado (FGE) fue la intimidación y las detenciones arbitrarias, denunciaron los pocos manifestantes que llegaron al lugar.
Aunque en un principio la concentración se convocó a las afueras de Casa Jalisco, residencia oficial del gobernador Enrique Alfaro, al mediodía se convocó a reunirse frente a la fiscalía para exigir la libertad de los detenidos durante la protesta del jueves.
Antes de las 18:00 horas, camionetas sin placas con civiles a bordo que portaban chalecos antibalas, radios y palos comenzaron a patrullar las calles aledañas y realizaban revisiones arbitrarias a quienes parecían ir a la manifestación.
Tras inspeccionarlos o incluso subirlos a las camionetas les ordenaban retirarse de la zona; en tanto, policías antimotines de Guadalajara, Zapopan, Tonalá, Tlaquepaque y la Secretaría de Seguridad formaron vallas en las calles que circundan la fiscalía para impedir el acceso de los manifestantes.
En la esquina de las calles 3 y 14, en la Zona Industrial de Guadalajara, lograron concentrarse alrededor de un centenar de personas que intentaban entablar un diálogo con las autoridades para saber de qué se les acusa a los detenidos el jueves y cuál es el monto de la fianza para poderlos liberar, pues se ha iniciado una colecta para ello.
Sin embargo, las autoridades indicaron que sólo darían información a los familiares de los detenidos, por lo que quienes organizan la colecta trataron de localizarlos.
De pronto, una de las camionetas que patrullaban con civiles se plantó frente a los manifestantes, los ocupantes bajaron para amagar con una embestida contra los inconformes, por lo que muchos corrieron y decidieron retirarse.
Minutos después, quienes permanecieron comenzaron a recibir mensajes en sus celulares sobre compañeros que estaban desaparecidos; los manifestantes recabaron unos 30 nombres de jóvenes que fueron detenidos por civiles armados y no se sabía dónde estaban.
La situación se tornó tensa y al ver la hostilidad de las autoridades el grupo decidió replegarse hacia la avenida 8 de Julio, donde se reunió otro pequeño contingente que no había logrado llegar a la fiscalía.
Tras cerrar unos minutos la avenida, los manifestantes marcharon hacia la avenida Colón, donde detuvieron por varios minutos la circulación de vehículos y el Tren Ligero, después se dirigieron hacia el centro de la ciudad.
Al comenzar a caer la noche, algunos de los que se reportaron como desaparecidos empezaron a comunicarse para denunciar que los habían golpeado y soltado en lugares alejados de la ciudad, como el Cerro del Cuatro. Un pequeño grupo de personas también se manifestó en Casa Jalisco.