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Nicolás cumple 50 años y recibe de un representante de la Sociedad Hipotecaria Federal las llaves de la primera casa del sistema constructivo monolítico, caracterizadas por ser resistentes a sismos.
La entrega es en el Istmo de Tehuantepec y no se trata de un regalo, lo adquirió a través de un financiamiento por ser uno de las 4 mil 935 personas que se quedaron sin hogar después del terremoto del 7 de septiembre en Asunción Ixtaltepec.
Del catálogo de constructoras que trabajan con la financiera, la empresa Delta & Com., de Sinaloa, convenció a la familia de Nicolás por su sistema constructivo que es resistente a los temblores: una casa de 58 metros cuadrados, tres recámaras, sala comedor, cocina y baño completo.
Según el arquitecto Alberto Villa, coordinador de producción de la obra, el sistema monolítico es conocido en arquitectura como las “casas de una sola pieza”. Desde la cimentación se teje de acero y se eleva como un esqueleto de varillas y mallas. Al final se recubre con un armazón de fierro y ahí se vierte el cemento, de un jalón se cuelan las paredes y el techo.
“Se arma desde el cimiento con acero reforzado, no lleva zapatas, ni castillos, como las casas tradicionales, sino un enrejado con varillas, lo que las hace resistente a los temblores, porque cuando se mueva la tierra, se mueve toda la casa ya que es de una sola pieza. No tiene amarres y el sistema tiene plenamente comprobada su resistencia a los sismos”, detalla.
La vivienda costó 160 mil pesos, cinco veces más barata de lo que le ofrecían como trabajador de una instancia de gobierno, el Fonden puso los 15 mil, la Sociedad Hipotecaria Federal 100 mil y Nicolás 45 mil.
“Es cierto, me estoy endeudando, pero es de los créditos más económicos que hay en el mercado. O tomaba el subsidio o tendría que seguir con mi familia debajo de las lonas”.
Suplicio. Nicolás Carrasco Pineda, su esposa Noemí y sus dos hijos, vivieron por tres meses debajo de lonas en el patio de su casa. La vivienda quedó inhabitable después de los terremotos.
Logró foliar su casa como pérdida parcial, los 15 mil pesos que recibió del Fonden no le alcanzaron para levantar ni un cuarto. Tenía como opción un crédito del Fovissste, pero era a 25 años y tendría que pagar hasta 800 mil pesos por una casa de interés social. Tampoco fue candidato a recibir una vivienda donada por alguna organización social o altruista.
El panorama para su familia no era favorable hasta que en una reunión vecinal, en los primeros días de octubre, se le presentó la propuesta de la Sociedad Hipotecaria Federal, organismo que ofreció a los beneficiarios del Fonden créditos hasta por 100 mil pesos, con una tasa de interés de 7% al año por una década. Esa fue su única opción, no le importó tener que pagar al mes mil 185 pesos.