El gobernador de Hidalgo, Julio Menchaca Salazar (Morena), asegura que las cuentas de la administración estatal pasada aún están en proceso de revisión y evita afectar el debido proceso, pero reitera su compromiso de mantener una lucha frontal contra la corrupción y la impunidad.
Sobre sus nuevas labores, el mandatario dice que desde la toma de protesta ha tenido la oportunidad de reunirse con los alcaldes, diputados locales y con el Poder Judicial para hacer un llamado a la reconciliación, pues reconoce: “Normalmente, las campañas dejan algunas heridas y me he esforzado por la construcción en todas las responsabilidades que he tenido”.
“Todos somos amigos. Yo tengo muy buena relación con Ricardo, fue mi coordinador [en el Senado] y lo tengo en muy alta estima, como también se la tengo a Layda, ella vino a mi campaña. Ojalá y esto no pase a mayores, porque no sería bueno”.
¿Cómo le dejaron el estado?
—Estamos en ese proceso, hay situaciones muy complicadas, se están detectando en esa entrega-recepción de los despachos que contratamos, la contraloría y la procuraduría, las desviaciones de recursos.
Yo asumo con mucha seriedad este tipo de declaraciones, porque no me gusta lastimar el debido proceso y tampoco hacer afirmaciones temerarias, pero en algunos casos ya hay situaciones concretas, incluso presidentes municipales se han acercado a devolver parte de los recursos que fueron entregados irregularmente, buscando un criterio de oportunidad, y también algunos exfuncionarios públicos lo han hecho para poder someterse a este proceso, manifestando que ellos fueron obligados o que las circunstancias los llevaron a hacerlo. Es identificar bien quién es cómplice o no, porque tampoco se trata de hacer afirmaciones por hacerlas, son los conductos adecuados, son las autoridades judiciales y administrativas que corresponden para esto.
¿En las investigaciones está el exgobernador Fayad?
¿La pobreza se puede combatir en seis años?
—Se tiene que revertir un fenómeno que se ha dado en el transcurso de muchas décadas. No es revertirlo en seis años ni tampoco es evadir una responsabilidad, pero sí se tiene que empezar a hacerlo de una manera muy clara y contundente, ejerciendo bien los recursos públicos, transparentando esto y atender lo más sensible que está reclamando la población. Vamos a intensificar nuestro trabajo en todos los sectores, en el plano económico propiciando las políticas que permiten la atracción de inversiones.
El otro reto es detener la migración de la población, de muchos municipios ante la falta de oportunidades; jóvenes se preparan y estudian, pero emigran hacia otros lugares o fuera del país y, según datos oficiales, son más de 400 mil paisanos en Estados Unidos que han arriesgado su integridad por buscar una mejor forma de vida. Estamos trabajando fuertemente con la vinculación de proyectos estratégicos.
El campo fue abandonado durante mucho tiempo. La salud es un reclamo constante. Hay que ponerle orden a las instituciones de salud; nos dejaron varias infraestructuras de hospitales sin equipamiento, porque solamente se construyeron. El sector educativo, la cultura, el turismo, el sector social, todos los ámbitos de la vida pública están siendo atendidos por un gabinete que fue presentado unos días antes de la toma de protesta.
¿Cómo ve la presencia de la Guardia Nacional en los estados? ¿Cree que es una militarización del país?
—A mí me tocó, como senador, la creación de la Guardia Nacional y el ambiente fue distinto a lo que hoy se discute, porque hubo la coincidencia de la mayoría de los grupos parlamentarios en la necesidad de ponerle un orden a lo que venía sucediendo en el transcurso del tiempo, porque en otras administraciones federales se hizo uso del Ejército de una manera ilegal (…) Hay que partir desde nuestra Constitución, la cual establece que el Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas es el Presidente de la República, pero quien utiliza el término “militarizar” no lo hace cuando salen los integrantes del Ejército a las calles ayudando a la población en los fenómenos importantes como el paso de un ciclón, y el Ejército está ahí ayudando a la población repartiendo despensas y en demás labores que ayudan a la comunidad; entonces ahí no se habla de militarización...
Es el recurso que tiene el Estado hoy en día para poder combatir la inseguridad que existe. No es una decisión fácil, pero hay que actuar con mucha energía para poder detener lo que se ha venido dando en el transcurso de mucho tiempo.
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