Guerrero— La tercera ola de contagios en Guerrero está incontrolable: en los últimos dos días llegó a cifras superiores a los 700 nuevos casos, casi el doble de los que se registraron en las dos jornadas anteriores.
También está incontrolable la movilidad: los mercados y el transporte público se colman de usuarios, mientras que en las playas muy pocos visitantes respetan los horarios.
Por si fuera poco, hace unos días en la Costa Chica, en La Montaña, en la zona Norte y Centro hubo desfiles, bailes y hasta jaripeos en honor al santo Santiago Apóstol.
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El miércoles pasado, la Secretaría de Salud estatal reportó 743 nuevos contagios, la cifra más alta desde que se declaró la pandemia; ni en lo que se pensó eran los peores momentos se registró un número similar.
El secretario de Salud, Carlos de la Peña Pintos, informó que la tendencia de contagios ya se está reflejando en los hospitales. En promedio están a 63% de su capacidad; sin embargo, en Acapulco, donde se concentra la pandemia, 73% de las camas habilitadas para pacientes Covid-19 están ocupadas.
Esta tercera ola llegó cuando las medidas sanitarias estaban más relajadas. Cuando comenzó el ascenso de contagios Guerrero estaba ubicado en color verde del semáforo sanitario: los aforos eran de 70% en hoteles, restaurantes y bares.
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En Chilpancingo, por ejemplo, todos los días las calles céntricas están colmadas: el principal mercado, Baltazar R. Leyva Mancilla, se satura de personas por las mañana; en el transporte público los choferes no exigen el uso del cubrebocas y llenan las combis sin restricción.
En Acapulco hasta el fin de semana pasado, cuando el semáforo sanitario estaba en amarillo, los turistas no dejaron de llegar: la ocupación hotelera promedió 56% y los visitantes no respetaban la sana distancia.
El gobierno de Guerrero decretó el cierre de playas a las seis de la tarde; sin embargo, muchos turistas permanecen hasta las ocho o nueve de la noche.
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