Calvillo.— Una explosión en el templo San Isidro Labrador de la comunidad El Chiquihuitero, en este municipio, ocasionó la muerte de dos mujeres, el derrumbe de la sacristía y daños estructurales a tres viviendas aledañas por la detonación de material pirotécnico almacenado para las fiestas patronales.

Un grupo de feligreses y vecinos presentaron crisis nerviosas al escuchar el estruendo y derrumbes en medio de una capa de humo, derivados del estallido de 714 cohetones que estaban en una bodega pequeña del recinto religioso.

Por ello, la presidencia municipal informó que no otorgó permiso a los responsables del templo para la celebración del santo patrono del poblado, ni para almacenar o utilizar productos elaborados con pólvora.

La tragedia ocurrió al concluir la celebración del rosario, en el momento en el que personal de la iglesia lanzaba cohetones para anunciar el inicio de las festividades religiosas.

A las 6:00 horas habría comenzado el santo rosario del novenario, previo a las festividades de San Isidro Labrador, y sólo una hora después se registró el siniestro.

“Yo nomás oí un trueno muy feo y salí asustada de la cocina, miré a la capilla y había mucho humo, pensé que fueron los cohetes, ¿qué otra cosa?, y yo no sabía para dónde correr del susto”, comentó una vecina.

Elementos de Seguridad localizaron a dos mujeres sin vida entre los escombros de la sacristía. Realizaban labores de limpieza en la iglesia al momento del estallido. Fueron identificadas como Ana Luisa Figueroa de 34 años, y María, de 61.

El coordinador de Protección Civil, Héctor Manuel Reyes Hernández, comentó que, de acuerdo con los primeros indicios, la explosión habría sido ocasionada por material de pirotecnia que se encontraba almacenado en una habitación de 12 metros cuadrados en las inmediaciones del templo, que los organizadores de los festejos pretendían quemar al día siguiente.

Asimismo, el alcalde Jesús Díaz Rubio informó que la administración municipal no dio su autorización para la utilización de fuegos pirotécnicos en la fiesta patronal.

Policías estatales y municipales, personal de Protección Civil, así como elementos del Ejército se presentaron en el recinto religioso, ubicado en el cruce de las calles Mar Egeo y Mar Rojo, y de inmediato procedieron a desalojar los inmuebles aledaños, que también presentaban daños.

Por varias horas, los elementos trabajaron en la remoción de escombros para descartar la presencia de más víctimas, y cercaron el paso para evitar la contaminación de la escena.

Se sumaron paramédicos del Instituto de Salud del estado, quienes brindaron auxilio a algunas personas con crisis nerviosa, mientras la fiscalía comenzó las investigaciones por homicidio.

Para finalizar, el gobernador Martín Orozco Sandoval lamentó el fallecimiento de las dos personas en la explosión del templo de San Isidro y expresó su solidaridad y apoyo a las familias de las víctimas.

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