Ismael del Toro, alcalde de Guadalajara, está feliz porque la UNESCO nombró a su ciudad como la capital mundial del libro, y ello se debe, asegura, a que se ha implementado la lectura como política pública para el combate a la inseguridad.
Asimismo, el presidente municipal dice en entrevista con EL UNIVERSAL que, pese a la problemática que existe por los recursos federales que reciben los municipios, así como la desaparición de programas que ayudan, entre otros, a combatir la inseguridad, él ha podido salir adelante y tener buenas cuentas para su población, por ello es que va por la reelección en 2021.
Guadalajara, ciudad mundial del libro, ¿qué la representa?
—Es muy importante porque es una distinción que genera una presencia muy fuerte, con el reconocimiento importante de UNESCO que se viene dando desde 2001.
Además, nuestra participación en esta distinción fue sustentada en una política pública del tema más importante que tenemos y que es cómo abatimos el problema de inseguridad.
Tenemos al libro como política pública de seguridad ciudadana, dentro de todos los conceptos de recuperación de espacio público. Hemos puesto al libro como un factor de generación de comunidad, de una cultura, de paz a través de la lectura.
¿El libro es parte de la política pública para combatir la inseguridad?
—Así es. Guadalajara ha tenido avances muy significativos, es ciudad piloto en México y casi en Latinoamérica de este programa de ciudad segura que implementa la ONU. Revisamos tres indicadores que inciden en la inseguridad: cohesión social, el espacio público, así como las condiciones de riesgo y vulnerabilidad.
Queremos que el ciudadano salga a ocupar el espacio público, hacer comunidad, que [todos] salgan a leer.
¿En Guadalajara ha disminuido la inseguridad?
—Ha sido complejo. A mí nunca me gusta hablar de números porque son muy fríos y en un tema de seguridad hay que tener más la sensibilidad, porque hablamos de las personas.
Sin embargo, los números que se informan además por el sistema de seguridad pública han tenido una tendencia a la baja desde que estamos en el gobierno.
El último reporte es una baja de más de 30% en la mayoría de los delitos, pero en un aspecto de percepción de inseguridad todavía es muy elevado, es el problema de la presencia de grupos del crimen organizado.
Las disputas del crimen generan una percepción mayor de inseguridad, por eso el planteamiento del gobierno de Guadalajara fue una política pública integral: orientar a resolver el problema desde la raíz, como se dice, agarrando el toro por los cuernos, no irnos por la tangente y decir pues ya redujimos 30% los índices delictivos y vamos bien.
A lo mejor, en mi administración, no voy alcanzar a decir: “Pues ya se cumplió el objetivo”,. Son las políticas públicas de fondo las que van a resolver realmente la raíz del problema.
¿Cuenta con recursos económicos suficientes para atender las problemáticas?
—Guadalajara tiene una fortaleza, que además fue defecto en la pandemia. Ya desde la pasada administración y esta que a mí me toca encabezar ha ido fortaleciendo sus finanzas propias: la recaudación, el buen manejo administrativo, incluso tiene un equilibrio de 50% de recursos propios y 50% de participaciones federales. Eso por supuesto es una fortaleza, pero en la pandemia fue una debilidad.
Ahora se cae la recaudación de impuestos municipales y tenemos una afectación.
Además, llevamos dos años de ya no tener gestión de recursos federales adicionales a las participaciones, que por ley, por fórmulas, entrega.
Perdimos desde el primer año de esta administración federal la capacidad de acceder a recursos del ramo social del ramo 23, perdimos la capacidad de acceder a recursos de infraestructura.
En este último presupuesto nos quitan fondos metropolitanos, pero Guadalajara es una metrópolis que además viene desarrollando su escala metropolitana desde hace varios años, nos quitaron Fortasec. La verdad, ha sido muy muy complejo.
Sin dinero no se puede.
—Te tienes que reinventar. Hicimos una contención de gastos muy importante, casi 400 millones de pesos, para poderlo orientar a los objetivos que no se pueden mover en su cumplimiento, incluido los temas de la pandemia. Llegó esta administración [federal] y cortó todo de tajo, sólo con el argumento falaz de combatir la corrupción.
¿Es necesario ajustar el sistema federalista?
—Sí. Pero digamos que es más de fondo, más técnica, la discusión de defensa de los intereses de nuestro territorio, municipio, estado. Esto obedece a una fórmula muy sencilla en los territorios donde se generan las condiciones para que se paguen los impuestos que van a dar.
A nivel municipal, la tienda de la esquina es donde se genera el IVA, la promoción económica que vamos a hacer para atraer industria es donde se genera el IEPS, lo que nosotros hagamos con planificación y la entrega de permisos para la industria restaurantera es donde se genera el ISR, es decir, no tenemos capacidad de cobro de impuestos más que el predial.
Somos los que generamos las condiciones que provocan todos los demás impuestos que vienen de la Federación, y hoy la discusión es cómo se puede dar una reciprocidad de ello.
¿No se entiende?
—Lo han querido tergiversar, es decir, los gobiernos están pidiendo más, no es la ciudad, no es su administración, son los ciudadanos que quieren ver de regreso.
El ciudadano no distingue que en la tiendita le cobran el IVA y no distingue si se va un programa o a otro, paga impuesto y lo que quiere ver son sus servicios, su inmediatez resuelta, que recae en los gobiernos municipales.
El pedidor no deja de pedir. En el estado hace algunos años se tomó la decisión de dejar de cobrar el impuesto de la tenencia, que técnicamente es uno de lo más democráticos, pues se le cobra a quien tiene vehículo y genera recursos para mejorar las condiciones de infraestructura, creo que demagógicamente se quitó ese impuesto y hoy padecemos.
¿Volverlo a aplicar?
—[Sería] complejo, sobre todo en esta fecha. Los impuestos son difíciles de establecer, por eso fue un gran error quitar impuestos que estaban establecidos, pero yo creo que tenemos que reinventarnos en el futuro.
Usted implementó un botón de emergencia para el Covid-19, ¿cómo le ha ido?
—Nosotros tuvimos que hacer frente, incluso, a una facultad que sí está en la autoridad municipal, pero digamos que en un nivel menor. En el tema de salud, nuestra atención es de primer contacto, de emergencias, pero con la pandemia tuvimos que ser una reconversión y hacer una atención por parte del municipio al nivel que requería el virus.
Tuvimos que reinventarnos en general y tuvimos una gran apuesta por contener los efectos económicos. Diseñamos una bolsa de 300 millones de pesos para apoyar a los empresarios, con el objetivo de que se perdieran menos empleos.
El apoyo al empresario era para que pagara salarios, tuvimos apoyos a comerciantes. porque es uno de los sectores económicos más importantes de Guadalajara. Fuimos el municipio que menos porcentaje y pérdida de empleo tuvo, según el IMSS, durante la etapa fuerte del confinamiento.
¿Cuánto desempleo fue?
—[Fue] 2.7% de empleos perdidos, cuando la media del área metropolitana estuvo alrededor de 3.8%; del estado, como 4% y la nacional, de 5%. La verdad sí hubo una gran diferencia.
¿En qué semáforo están?
—No usamos tanto los colores federales. Estamos aplicando la medida preventiva del botón de emergencia, con 14 días de limitación de algunas actividades, sobre todo las económicas que generan aglomeración de personas y las que son totalmente sociales y recreativas, que tienen una suspensión de 19:00 horas a 6:00 horas, de lunes a viernes y los fines de semana completos.
¿Toque de queda?
—No, porque en realidad lo que estamos cerrando es la posibilidad de que haya lugares donde hay convivencia, o sea, cerramos restaurantes, bares, misas, parques públicos, para que no se genere la convivencia, pero no hay ninguna capacidad de sanción y, si la gente sale, le pedimos que tenga conciencia.
Creo que el problema que se nos empezó a generar y que provocó alguna incidencia al alza fue que la gente se dejó de preocupar por enfermarse y están más preocupados por lo económico.
¿Hay buena recepción?
—Hay mucha comunicación. Yo tengo un diálogo permanente, siempre doy la cara ante los diferentes sectores: comercio, restauranteros, para que hagamos conciencia y estrategias. Como autoridad no puedes tomar determinaciones si no escuchas la visión de cada sector.
¿Va por la reelección?
—Vamos trabajando por ello, la verdad es que yo he tenido muy claro desde que arrancó la administración que toda esta gente que tiene consecuencias a mediano y largo plazo se va a consolidar mucho más y podemos gobernar un periodo adicional.
¿Qué dice el partido?
—Tenemos un gran soporte de responsabilidad general en lo que estamos haciendo en Guadalajara. Siempre ha habido una regla no escrita en el partido: desde que hay la posibilidad de la reelección, el alcalde que está en funciones lleva mano en el proceso interno, porque le apostamos a hacer buenos gobiernos.
¿Está confiado?
—Sin confiarse, pero haciendo las cosas para que esto se convierta en una realidad.