Puebla.— Después de la agresión que el pasado lunes sufrieron elementos del Ejército Mexicano que resguardaban una bodega con objetos robados, el municipio de Acajete vivió ayer una jornada entre tensión y calma, que incluyó la suspensión de clases en siete planteles.
Tras los hechos de violencia, agentes de diversas corporaciones federales y estatales reforzaron la seguridad en la zona.
El secretario General de Gobierno, Fernando Manzanilla Prieto, negó ingobernabilidad en el municipio, donde la tarde del lunes un grupo de habitantes se enfrentó con elementos del Ejército Mexicano que mantenían resguardada una bodega llena de objetos decomisados de robos en carreteras y a ferrocarriles.
El funcionario morenista aclaró que quienes se enfrentaron a los militares no fueron ciudadanos, sino personas que sirven a la delincuencia organizada para entorpecer las acciones oficiales.
“Los grupos delincuenciales operan no sólo de manera directa, sino también de forma indirecta, porque en muchos casos hemos visto que tienen a jóvenes halcones contratados en muchos lados”, dijo.
Además, reveló que pagan a la población “y a través de ellos generan ciertas acciones”.
Los hechos ocurrieron en la comunidad de Apango de Zaragoza, donde la turba intentó recuperar la bodega que era custodiada por efectivos castrenses.
Docenas de habitantes videograbaron su confrontación con los efectivos militares, a quienes insultaron y luego agredieron con piedras y palos. En las grabaciones se escuchan detonaciones de armas, las cuales, de acuerdo con la Secretaría de Seguridad Pública del estado, provinieron de los inconformes.
Manzanilla manifestó que se trató de una reacción aislada y aseguró que el gobierno de Miguel Barbosa Huerta (Morena) trabaja en la desarticulación de grupos delincuenciales, aunque ello llevará tiempo.
El subsecretario de Desarrollo Político estatal, David Méndez Márquez, denunció que hay pobladores que defienden a grupos delincuenciales, sobre todo en la Sierra Norte de Puebla, en San Martín Texmelucan, en el llamado Triángulo Rojo —una región central del estado compuesta por los municipios de Tepeaca, Tecamachalco, Quecholac y Palmar de Bravo—, donde operan las bandas que se dedican al robo de hidrocarburos.
El funcionario estatal denunció que fueron gobiernos anteriores quienes permitieron este avance de la delincuencia, debido a que “había ausencia del Estado de derecho”.
Hecho aislado, aseguran. Ayer, después del incidente entre pobladores contra elementos de las fuerzas federales y del estado, se reportó el asesinato de un hombre identificado como Luis Enrique de la Rosa Flores, sobrino del regidor de gobernación de la junta auxiliar de San Antonio Tlacamilco, del municipio de Acajete.
La víctima fue asesinada en el interior de una camioneta Ford Edge de color blanco, con placas de circulación del Estado de México.
Autoridades estatales informaron que el asesinato de De la Rosa Flores no tiene ninguna relación con la agresión que sufrieron el lunes los agentes militares.
En tanto, elementos federales y de la Fiscalía General de la República (FGR) intensificaron las revisiones en gaseras de diversos municipios como parte de los operativos que se llevan a cabo para combatir el delito del huachicoleo.