Ciudad Victoria.— A bordo de una combi modelo 89, que trae un carburador pequeño de Volkswagen, el profesor Francisco Javier Montelongo Guzmán sigue haciendo su labor altruista en Ciudad Victoria y en algunas comunidades de la zona centro de Tamaulipas.
En esta ocasión, El profe de la combi (como muchos lo conocen) se trasladó al poblado El Carmen, en el municipio de Güémez, para entregar una dotación de útiles escolares a la Escuela Primaria Amado Nervo, a 38 kilómetros de la capital.
“Estoy en el cierre del proyecto de entrega de paquetes de útiles escolares, y con mucho gusto y mucha alegría vengo acá a El Carmen. Es un lugar muy bonito, donde la gente de la región se dedica a la citricultura y siempre será grato ver la alegría de los niños al recibir sus cuadernos, plumas, resistol, colores y otros útiles”, expresó el maestro.
El 15 de mayo de 2018, EL UNIVERSAL publicó la historia del profesor Francisco Montelongo, quien entonces era director del turno vespertino de la primaria Alberto Carrera Torres. Para captar mayor población escolar, desde un año antes adaptó su combi para realizar recorridos, ir por los alumnos y a la hora de salida llevarlos a sus casas, todo de forma gratuita.
Durante la pandemia, y debido a las necesidades por el crecimiento del alumnado, el profesor con sus propios recursos y algunos donativos construyó el segundo proyecto: La Biblioteca Móvil. En 2020 ganó el premio estatal al Voluntariado del año y actualmente ya tiene tres combis en circulación.
“Esta [combi] modelo 1989 nunca se raja, se llama La Combi del Saber Musical. La Biblioteca Móvil es modelo 1987 y la tercera combi es una modelo 2000, que desafortunadamente ahorita está averiada, se nos quemó la marcha, dicen que se bajó la compresión, al rato vamos a ver si funciona, si no, pues hay que bajar la máquina y pues arreglarla”, comentó Montelongo.
Platicó que actualmente es director en la primaria Pedro J. Méndez, del ejido La Libertad, municipio de Victoria, también brinda servicio de trasladar a los alumnos de la Club Rotario, turno vespertino y sigue en diferentes fechas del año buscando patrocinios para regalar útiles escolares, uniformes y juguetes.
Al llegar a la primaria Amado Nervo, los alumnos y maestras ya esperaban al profesor, y en un breve diálogo con los niños varios dijeron que estaban muy felices por la visita. Algunos señalaron que de grandes querían ser doctora, mecánico y militar.
Junto al pintoresco vehículo los niños fueron recibiendo sus respectivos paquetes.
“A mí me van a servir más las plumas, porque se me olvidaron”, comentó Giana González Rodríguez, alumna de cuarto grado, mientras que Gonzalo Quintero Cadengo, de tercer grado, dijo que le daba gusto recibir nuevos útiles y reveló lo que le gustaría ser de grande: “Yo quiero ser chef, eso me gustaría mucho”.
La encargada de la dirección, Nadia Anahí Eguía García, agradeció las buenas intenciones del maestro Paco, “y también a todas las personas que están detrás del trabajo y que ponen un granito de arena para que estos niños tengan una buena educación, para que se cumplan sus sueños porque en muchas comunidades hay todo tipo de necesidades, por ello agradezco infinitamente”.
Para finalizar la visita, los niños tuvieron la oportunidad de subir a la combi y varios coincidieron en que les gustaría tener un tipo de transporte similar.
De regreso a la capital, entre un paisaje de huertas de naranjos, el profesor Paco luce con motivación en el volante: “La combi se sigue expandiendo, llegando a lugares con los niños que realmente necesitan este tipo de ayuda, o simplemente a veces regalarles una sonrisa con un juguete, eso para mí no tiene precio y creo que eso a los niños jamás en la vida se les va a olvidar”.
Agradeció a los benefactores que lo apoyan de Estados Unidos, desde el Valle de Texas, desde Atlanta, Carolina del Norte, Nueva York, Chicago y Orlando, principalmente, así como de varias ciudades mexicanas, quienes contribuyen a que realice su labor altruista con niños de Ciudad Victoria y la región.
“Hemos recorrido comunidades de Victoria, de Villa de Casas, Güémez, y Miquihuana. A veces termino muy agotado en mis jornadas de trabajo, pero soy muy feliz con esta labor. Me gusta convivir y escuchar a los niños, como ahora que nos dijeron algunos que de grandes desean ser doctores o mecánicos, yo siempre les digo que luchen por sus sueños, porque en la vida los límites los ponemos nosotros mismos, que no se cansen de luchar por lograr sus metas”, finalizó.