Ciudad Ixtepec.— Desde hace más de 20 años, Casimira Sibaja Santos es una emprendedora que vio en las redes sociales un vehículo para comercializar sus dulces curtidos y conservas, lo que en esta crisis económica le ha permitido seguir ofreciendo empleos en la localidad.

Casimira es una maestra jubilada de 65 años y fue de las primeras mujeres zapotecas que comenzó a envasar sus productos, incluso inventó un curado tradicional con pulpa de tamarindo. Gracias a ello creó su negocio, Curados Na Ángela, en honor a su suegra Ángela Ordaz, quien le enseñó el oficio para que no muriera con ella.

“Por muchos años, experimenté con la combinación de ciruelo y tamarindo hasta que logré que no se fermentara y que al consumidor le pudiera durar más tiempo.

“Así que a este oficio le he dedicado parte de mi vida. Es un negocio familiar que ha crecido con la pura promoción del cliente y las redes sociales”, explica.

La empresa se especializa en dulces curtidos con frutas de la región, como ciruelas, nanches , mangos, tamarindos, además de frutas de la zona mixe, como durazno, manzana y pera.

Los productos que elaboran son adquiridos por clientes de Matías Romero, El Barrio de la Soledad, Juchitán y Salina Cruz. Incluso envían pedidos al sur de Veracruz y a la capital estatal.

A esta emprendedora, la crisis le pegó porque se descontroló el precio de la materia prima como el alcohol, pues antes de la pandemia una garrafa de 20 litros tenía un costo de 400 pesos y ahora no baja de 2 mil 800 pesos.

“El producto se mueve lento, se vende poco, pero allí vamos”
“El producto se mueve lento, se vende poco, pero allí vamos”

Pese a ello, esta comerciante reconoce que las ventas son bajas y los dulces apenas y se mueven en el mercado local.

“Es un negocio pequeño, pero que da trabajo a varias familias que llegan con sus hijos a picar ciruelos, a pelar mangos y duraznos. No podemos cerrar porque dependen de eso. La venta bajó mucho, tenemos estancados los productos, afortunadamente logramos curtir a tiempo y ahora se mueve lento, se vende poco, pero allí vamos”, cuenta.

Asimismo, es en el Istmo de Tehuantepec, una región donde el comercio es una de las principales actividades, son negocios como el de Casimira los que sostienen la economía y ayudan a mantener los empleos.

En su caso, por ejemplo, además de las familias completas que laboran en la empresa, emplea a cuatro becarios del programa federal Jóvenes Construyendo el Futuro, a quienes les enseña la elaboración del curado tradicional.

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