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El otro muro en la frontera que no es de Trump

Cambian 3.6 km de láminas viejas por cerco de 9 metros de altura; no es la barda de Trump, ni ninguno de sus ocho prototipos

Los terrenos del lado mexicano donde iniciaron las excavaciones están semiescondidos entre eucaliptos y palmeras, con casas desperdigadas entre la tierra. Foto: JOEBETH TERRÍQUEZ. EL UNIVERSAL
23/02/2018 |04:00Gabriela Martínez / Corresponsal |
Redacción El Universal
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Una treintena de hombres cava y saca la tierra con palas. La escena se repite una y otra vez en medio de terrenos situados en rancherías del oeste de Mexicali, justo en el muro que divide México de Estados Unidos; continúan removiendo los escombros, los encargados de la obra dan instrucciones: “Put this thing here, ¡here! [Pon esto aquí, aquí] In medio… me… dio… ”.

El otro muro en la frontera que no es de Trump

No es el muro que prometió Donald Trump. No es ninguno de los ocho prototipos que fueron edificados durante los últimos meses de 2017 en el área de Otay Mesa, en San Diego, pero servirá para cambiar en un inicio 3.6 kilómetros de lámina vieja que históricamente no ha servido para evitar el cruce de indocumentados hacia Estados Unidos.

“No, aquí patrullamos hasta dos o tres horas, venimos ya cuando nos avisan de los brincadores, puro chavito que luego así al bravazo se quiere brincar el muro y se esconde en la plaza de aquel lado”, describe uno de los dos policías federales enviados a vigilar, del lado mexicano.

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El otro muro en la frontera que no es de Trump

Raúl Nongaray vive a un costado de donde iniciaron los trabajos. Dice que el muro más que afectar les ayudará, piensa que al menos así las corporaciones pondrán más atención a lo que ocurre en las noches en la colonia Ingeniero Eligio Esquivel Méndez, donde inició la obra.

“Uno luego ni duerme, siempre en las noches nomás se escucha ladre y ladre a los perros, no de los de cuatro patas, los otros… luego no nomás cruzan migrantes, también cruzan su droga, yo por eso mejor ni me asomo ya cuando oscurece”, dice el hombre de más de 60 años.

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“Le hemos hablado a la policía cuando vemos que andan aventando paquetes con droga y se vienen corriendo, o cuando van los migrantes, pero no crea que para detenerlos, nomás les quitan el dinero y luego todo sigue igual”, dijo otro de los residentes de la capital del estado, que vive justo a unos 50 metros de donde sustituyen la valla.

Los recursos para la construcción del nuevo muro son parte de un presupuesto aprobado el año pasado, que incluye fondos para cambiar cerca de 24.14 kilómetros de la barda entre Tijuana y San Diego.

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