El diputado de San Luis Potosí, Pedro César Carrizales "El Mijis" , fue discriminado este viernes en un hotel de Cancún, en donde el personal del lugar se mostró hostil y se resistía a hacer válida su reservación; incluso le advirtieron que su habitación no tendría aire acondicionado y que el inmueble “podía estar muy caliente”.
“El Mijis”, quien forma parte del Congreso de San Luis Potosí, llegó este viernes a un hotel ubicado en la ciudad en donde tenía una reservación hecha por la organización Ciudadanos por la Transparencia (CITRA), que lo invitó a dar una conferencia en la Universidad del Caribe.
En el mostrador del centro de hospedaje, el personal le puso trabas para atenderlo, se mostraron hostiles con él y pretendieron hacerle un cobro extra, desanimándolo para quedarse.
Carrizales se comunicó con las activistas de CITRA para que le explicaran al personal, que se negaban a aceptar la llamada; fue hasta que otro empleado lo reconoció y la actitud cambió.
Pudieron entablar comunicación con la organización, cuyas integrantes confirmaron que “El Mijis” fue víctima de un acto de discriminación.
Al llegar a la universidad, el diputado fue cuestionado sobre lo sucedido y consideró que las acciones recibidas en el hotel -cuyo nombre no quiso mencionar para no afectar al personal- se debieron a su aspecto.
“Yo creo que sí, porque traía otra camiseta negra”, declaró y añadió que “estaba todo en orden (...) ya después le tuve que hablar a ella, las compañera, sí hablaron, no me querían tomar la llamada; al final de cuentas un chavo más buena onda que me ubicó, sí agarró el teléfono; después me dicen ‘es que puede estar caliente el hotel’, casi como cuando vendes algo y no quieres que te compren”.
Ya en el auditorio universitario, Cynthia Dehesa , integrante de CITRA, mencionó que “El Mijis” ha tenido que lidiar con el clasismo y el racismo de la sociedad mexicana, actos de discriminación que deben ser combativos y erradicados.
Explicó que una de las principales razones para convocar su presencia fue que se ha convertido en una figura inspiradora para muchos jóvenes.
Para Pedro César Carrizales, quien se define como el “diputado más famoso del mundo” -pues ha sido entrevistado por más de 50 medios internacionales- este 10 de mayo era ya un día difícil pues mientras la gente celebraba el Día de la Madre, él sigue doliente por la muerte de su mamá.
Perteneciente a una pandilla y con problemas de adicción, “El Mijis” decidió salir de ese ambiente a partir de la muerte de su madre, hace 15 años, hecho que lo llevó a intentar suicidarse, pero falló; tras el hecho sintió la necesidad de ayudar a otros jóvenes.
“En cada uno de ellos veo la oportunidad de darles la paz que no pude darle a mi jefecita”, dijo.
Contó también que además de los tatuajes dibujados sobre su piel, lleva cicatrices de dos operaciones, fruto de un par de riñas; logró una tregua entre 200 pandillas que inició un movimiento social en San Luis Potosí, cuyas dimensiones provocaban que en época electoral, los políticos lo vieran como “la quinceañera con la que todos querían bailar”, por su capacidad de movilizar a la gente y obtener votos.
En una elección obtuvo 40 mil para un candidato.
Fue en 2018 cuando “la quinceañera se les fue” y él comprendió que sí podía ayudar a candidatos a ocupar espacios, que podía participar en la política y colocar la agenda de los más vulnerables, no a partir de sus creencias, ni de su moral, sino de aquella frase que Jesús dijo en un templo: “Dad a Dios lo que es de Dios, y al César lo que es del César”.
Es por eso que este “chavo-ruco”, como se definió, ganó la elección a diputado y hace política en las calles, “no detrás del escritorio”, con una agenda polémica que enoja a los grupos conservadores y de la ultraderecha, pues legisla a favor del derecho a decidir de las mujeres en torno al aborto y de las parejas del mismo sexo para casarse.
“El Mijis” refirió que alguna vez quiso ser actor, “el Juan Ferrara”, el de la telenovela “Valeria y Maximiliano”; “acá trajeado y caballeroso”, que lograba enamorar a “una fresilla”, a la que conquistó porque “era bien caballeroso”.
El legislador habló del respeto a las mujeres, porque hasta para lanzar un piropo o un silbido “hay que ser sexy, galante y no grosero, ni burdo”.
“Yo quería ser actor y terminé siendo diputado”, dijo, y reflexionó acerca de lo que ello implica para bien y para mal.
“En un pleito de pandillas, el rival te pega de frente, en la política te atacan por la espalda”, expresó.
También consideró que la política “es un trabajo muy chingón cuando lo utilizas para lo que es, para servir; es una oportunidad para ayudar”.
Enfatizó que le gustaría tener un cargo federal, pero no ser presidente de la República.
También se dio tiempo para filosofar en su estilo coloquial y directo: “A veces cuando estás perdido, no necesitas que te levanten, sino que se acuesten a tu lado para ver cómo te levantas
poco a poco”.
Lamentó el momento político y social que vive el país actualmente, en donde cada día la gente se agrede y fomenta la división y el odio.
“No somos ‘fifis’, ni ‘chairos’; no somos morenos, ni rojos, ni azules, somos mexicanos”, afirmó y convocó a los jóvenes a seguir sus sueños, pues conforme a su propia experiencia, “no somos lo que nos pasa, sino lo que decidimos ser”.
af