Colotlán.— En Colotlán, al norte de Jalisco, el miedo y la incertidumbre permearon poco a poco y las recientes desapariciones en la región han generado que mucha gente prefiera ya no salir de noche y menos transitar por la carretera federal 23 que lleva a Zacatecas si no es a luz del día.
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La desaparición de Irma Paola Vargas, José Melesio Gutiérrez y Viviana y Daniela Márquez, quienes el 25 de diciembre viajaban de regreso a Colotlán desde Zacatecas, es el caso más reciente y visible, pero no el único. En el último mes de 2022 en esa región también desaparecieron José Guadalupe Gallegos (1 de diciembre), Arol Sánchez (4 de diciembre), Ernesto Sánchez y José de Jesús Valdez (10 de diciembre), Daniel Fernández y Manuel Bañuelos (21 de diciembre), Andrés Correa (28 de diciembre) y Jorge Meza (31 de diciembre).
Datos del Registro Nacional de Personas Extraviadas y Desaparecidas indican que durante 2022 desaparecieron 60 personas de 11 municipios en los límites entre Jalisco y Zacatecas, una región con poco más de 175 mil habitantes; 54 de ellas desaparecieron en los municipios de Tepetongo, Monte Escobedo, Valparaíso, Susticacán y Jerez, todos en Zacatecas.
Pero no sólo han sido las desapariciones las que abrieron la puerta al temor. Un habitante de Colotlán —que prefiere no dar su nombre— hace un recuento de los hechos verificables que han inquietado a la gente de estas tierras: “Primero fue lo de los paramédicos [en julio de 2021 fueron asesinados en Valparaíso dos paramédicos que realizaron el traslado de un paciente desde Huejuquilla, Jalisco, a Fresnillo, Zacatecas], luego los retenes del narco en la carretera [en junio de 2022 el cardenal de Guadalajara, Francisco Robles, y el obispo de Zacatecas, Sigfredo Noriega, denunciaron que habían sido retenidos por delincuentes cuando circulaban por esta región. Incluso, el cardenal tapatío afirmó que el crimen organizado cobraba derecho de piso a las parroquias para realizar las fiestas patronales] y ahora las desapariciones”.
Además, señaló que hechos como el ocurrido el pasado 15 de diciembre en Monte Escobedo, donde se localizaron los cuerpos descuartizados de cuatro personas, permiten que las versiones sobre enfrentamientos en las zonas serranas sean constantes y creíbles, aunque las autoridades no las confirmen.
“Guadalajara nos queda muy lejos [a casi cuatro horas] y Zacatecas es la ciudad más cercana; muchos van allá al médico o para abastecer los negocios, pero ya hay gente que no quiere agarrar carretera de noche o cuando todavía no amanece”, indicó.
Movilización por los desaparecidos
A pesar del miedo, quienes buscan a sus familiares han decidido manifestarse para llamar la atención de los gobiernos municipales, de Jalisco y Zacatecas y del gobierno federal. En apenas dos semanas se han organizado protestas en Colotlán, Jerez, Guadalajara y Zacatecas.
En opinión de Rubén Ortega Montes, investigador del Departamento de Justicia y Derecho de la Universidad de Guadalajara, es lamentable que las familias tengan que exponerse de esa forma para lograr que las autoridades pongan atención, lo que demuestra la indolencia de éstas.
Señaló que desde hace tiempo esta región es una zona peligrosa y los hechos lo demuestran, a pesar de los intentos de los gobiernos de ambos estados para minimizar esta situación.
“Ya de ninguna manera pueden ocultar información como han tratado de hacerlo al manejar las estadísticas, pero los hechos los contradicen. Recordemos que el gobernador [Enrique] Alfaro decía que no ocurrían los retenes del crimen organizado y el cardenal de Guadalajara tuvo que salir a decir que ellos no mentían. Lo mismo pasó con los alumnos de una universidad que hacían su servicio en una comunidad de la región y tuvieron que ser sacados por el riesgo”, dijo.
Indicó que en estas regiones, donde confluyen distintos estados y la jurisdicción de las autoridades locales es limitada, lo único que puede hacerse es tener una coordinación eficiente entre las corporaciones de prevención y administración de justicia.
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Reforzar la seguridad… otra vez
Aunque asegura que el peligro en esta región está del lado de Zacatecas, el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro , reconoció que es necesario ajustar la estrategia de seguridad en la zona.
“En el caso de los municipios de la zona norte de Jalisco tuvimos en este cierre de año una situación tranquila, no hubo ningún problema, pero la zona norte y los límites con Zacatecas es una de las áreas en las que vamos a tener que hacer algunos ajustes este año porque ya se había platicado con la Mesa de Seguridad desde finales del año pasado; es un tema en el que, aunque hay avances, todavía tenemos que reforzar”, dijo el mandatario.
El ajuste consiste, según lo aprobado por la Mesa de Seguridad, en redoblar la vigilancia de las comisarías municipales y la Policía Estatal, y que tanto la Guardia Nacional como la Secretaría de la Defensa Nacional envíen más elementos para patrullar en ambos estados. En tanto, las familias siguen buscando a sus desaparecidos.
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