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Ciudad Victoria.— Con gritos de: “¡Sí se pudo, sí se pudo!” y banderas multicolores, integrantes de la comunidad LGBTI+ celebraron la tarde de ayer en el Congreso del estado la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo.
A pesar de que Tamaulipas fue el último estado en avalar la legislación sobre matrimonios igualitarios, ahora en las 32 entidades del país será posible ejercer este derecho sin necesidad de recurrir a un amparo.
Ayer, el Congreso estatal aprobó las reformas al artículo 132 del Código Civil para el estado, para reconocer el derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo, en una votación en la que 23 diputados votaron a favor, 12 en contra y sólo hubo una abstención.
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La iniciativa fue presentada por segunda ocasión ante los legisladores por la diputada Nancy Ruiz Martínez, quien anteriormente era de la bancada de Morena, luego se declaró independiente y actualmente pertenece al PAN.
La legisladora resaltó que se trata de una lucha de años que ha costado lágrimas, esfuerzo y dolor a personas que en algún momento han sido excluidas.
“Ahora, desde esta tribuna lo reitero, no existen personas de primera o segunda clase, todas las personas debemos gozar de este derecho”, manifestó al refrendar su compromiso con la comunidad LGBTIQ+, así como con todos los grupos en situación de vulnerabilidad. Siempre que exista una causa justa por la cual luchar sepan que tienen en mí a una aliada incondicional”, indicó la diputada local en su intervención.
Inicio con retraso
La sesión estaba programada para las 16:00 horas, pero comenzó con una hora de retraso debido a que desde temprano al recinto legislativo comenzaron a llegar integrantes de diversos colectivos de la comunidad LGBTIQ+ de diferentes municipios, así como de otros estados del país, pero además arribaron en mayor número personas de diferentes iglesias evangélicas de Ciudad Victoria.
La guerra de gritos, porras y cánticos a Dios inundaron una galería que se pintó de colores y se llenó de cartulinas, lo cual retrasó una hora el inicio de la sesión ordinaria del Poder Legislativo. Entre los dos grupos se colocaron policías estatales a discreción, quienes en ningún momento fue necesario que intervinieran.
Con un megáfono se escuchó desde las gradas: “No estamos dispuestos a exponer a nuestros hijos a nuevas ideologías. Defendamos Tamaulipas”. De inmediato llegó la respuesta del otro sector: “Lo que deberían enseñar a sus hijos es no pegarle a las mujeres, no engañar a su esposa, y respetar al prójimo”.
Fue apenas la mecha que encendió una hora de oraciones y cantos que prácticamente convirtieron el recinto en un culto evangélico: “Que grande es el poder de Dios”; “Que viva Cristo”, y “Sólo Dios hace al hombre feliz”, fueron algunos de los temas.
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Los integrantes de los colectivos insistían en tratar de responder, aunque eran menos: “¡Hoy se aprueba, hoy se aprueba!” y “Dios no discrimina”, eran sus consignas más fuertes.
A las 16:55 horas inició la sesión, donde se informó que el punto 6 incluía la iniciativa de reforma al artículo 132 del Código Civil. Hubo silencio en las gradas, pero a las 17:42 horas, cuando el diputado Humberto Prieto Herrera (Morena) presentaba en el pleno una iniciativa de asentamientos humanos, desde las graderías más de 200 personas de los grupos evangélicos al unísono estallaron con mayor intensidad; comenzaron a cantar: “Sólo Dios hace al hombre feliz”.
Durante varios minutos la presidenta de la Mesa Directiva, Alejandra Cárdenas Castillejos (PRI), exhortó a los presentes que permitieran continuar con los trabajos legislativos, pero los cánticos siguieron: “Que viva Cristo, que viva Cristo”, se escuchaba cada vez más fuerte.
Fue entonces que se tomó la decisión de trasladar la sesión al Salón Independencia del Congreso, ya sin la presencia de público, pero hasta ahí se escuchaban las manifestaciones religiosas.
A diferencia de la confrontación de consignas, al reanudarse la sesión no hubo debate cuando la diputada Nancy Ruiz realizó la propuesta. Por acuerdo de los grupos parlamentarios la votación fue en secreto, por cédula. Los sufragios fueron depositados en una improvisada urna.
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