Santa Lucía del Camino, Oaxaca.- Los Estados Nación nunca ha logrado constituirse como un todo porque se encuentra con “archipiélagos que lo carcomen”, conformados por las comunidades indígenas en resistencia, considera la escritora guatemalteca Gladys Tzul Tzul.
En su participación en la Feria Internacional del Libro de Oaxaca (FILO)
, Tzun Tzul aseguró que aunque en la ley existe, en términos políticos los Estados Nación no han logrado concretarse ni se sostienen, porque se encuentran a su paso con el poder y resistencia de las comunidades indígenas. Por lo que no han logrado avasallarlas.
Para la especialista en sistemas de gobierno y trabajo comunal, los pueblos indígenas al no necesitar a los partidos políticos para organizarse para la toma de decisiones, y en su lugar basarlas en el trabajo comunitario, han desarrollado estructuras que los Estados desconocen y por tanto no han podido vencer dichas resistencias.
“El proceso de decisión está cimentado sobre el trabajo, se decide sobre lo que se trabaja, por eso una minera que no ha trabajado no puede decidir. Esta voluntad de decisión es un aporte de las comunidades indígenas a la ciencia política”, consideró.
Por ello argumentó que debe respetarse cuando una comunidad decide sobre su territorio, y si decide que no sobre algún proyecto no hay nada más que decir, y en dado caso que se decida realizar una consulta ésta debe apegarse al Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), donde se señala que debe realizarse con las instituciones de la propia comunidad.
Consultada sobre el feminismo y su relación con el papel de las mujeres en la organización comunitaria, Tzul Tzul señaló que aun cuando existen “diálogo y coincidencias” respecto al “diagnóstico de dominación”, al ser resultado del liberalismo, la lucha de las mujeres indígenas ha preferido no nombrarse feminista, en tanto que el feminismo liberal nace de una concepción diferente del mundo, y que incluso ha buscado apropiarse de estas luchas.
Explicó que en cuanto a la defensa de la tierra y sus recursos existen mujeres en primera línea, y una genealogía de mujeres indígenas con nombre y apellido que no necesita ser legitimada por los movimientos feministas, que en ocasiones cuestionan sin entender el propio contexto de la comunidad.
Por ello, asegura que aunque se busca “conversar y tender puentes”, las mujeres indígenas prefieren responder a no llamarse así: feministas.
“Yo creo que no. Si es un acto de libertad, no es necesario nombrarse feminista”, concluyó.