Ciudad de México.— De cuna mazateca, el artista plástico Filogonio Naxín sabe que en lo individual cada persona tiene en la cabeza “su propia teoría del virus”, así lo ha plasmado en su segundo idioma: el arte, a través de una serie de 18 obras sobre la pandemia por Covid-19, las cuales además comparte por internet por medio de una exposición virtual, en la que su lengua madre tiene un papel protagónico.
“Estoy seguro de esto, mi primer idioma es el mazateco, el segundo es el de los trazos y los colores; al final está el español”, indica.
Con una historia artística que nació en sus primeros días escolares cuando, al no entender el español, optó por hacer dibujos y trazos en sus cuadernos, Filogonio explica que su obra busca abarcar diversos escenarios que la pandemia ha tocado y de los que no es frecuente hablar: el virus en las naciones originarias, las distintas reflexiones que ha generado y también la crisis económica que ha trastocado fuerte los hogares de madres solteras y migrantes indígenas.
“Mi exposición fue en el contexto del llamado a quedarnos en casa, pero no sólo se trató de eso, sino también de hacer sátira y una reflexión sobre qué está pasando y a quienes está afectando la contingencia (…) Por ejemplo, imaginemos que el virus llega a una comunidad indígena y muchas personas mueren, nadie va a hablar de ellos, ni a contar su historia, serán una cifra y debido a que la información muchas veces no llega en su lengua, ellos ni siquiera podrían saber qué los mató”, refiere.
A través de sus obras “Techjí-paga”, “Virus de las teorías”, “Fantasma del coronavirus”, “Suspiro de la tierra” y “Héroes de bata blanca”, entre otras, Filogonio también aborda cómo la cuarentena ha permitido a la naturaleza recuperar sus espacios y cómo el personal médico es el que ha hecho frente a un ser desconocido.
“Cada uno de nosotros guarda en su cabeza su versión del virus, están los que creen y los que no, quienes no pueden quedarse en casa, quienes no entienden lo que está pasando y otros que recurren a lo místico para sentirse a salvo. Es el México surreal”, explica.
En esta exposición, la obra de Filogonio destaca por su técnica mixta, con su emblemático estilo de personajes de cuellos largos y seres antropomorfos que están inspirados en la cosmovisión de su tierra. Sus colores y texturas evocan también a los de los paisajes de su natal Mazatlán Villa de Flores, en la región Cañada del estado.
Por otro lado, como es ya su sello personal, en sus piezas incluye diversos mensajes en español y, sobre todo, en su lengua materna.
“Las palabras están en la obra, pero no como un mensaje aparte, sino siendo parte de (...) para mí, lo importante es preservar mi cultura porque los pueblos originarios tenemos mucha riqueza cultural; sin embargo, históricamente nos han reprendido por expresarla y son personas ajenas quienes intentan apropiarse de ella”, explica.
Con 33 años de edad y prácticamente monolingüe hasta los 12, Naxín recuerda que en su infancia y años de estudiante lo mismo usó pigmentos de flores y hojas para sus pinturas, que papel de estraza y los restos de sangre que emanaban de la carne que vendía en un local de la ciudad de Oaxaca.
Él es un artista completo, ilustrador de libros y revistas, pero también profesor de artes, con reconocimiento a nacional e internacional. Pero sobre todo, asegura, es parte de la resistencia del pueblo mazateco que se niega a apagarse, y reconoce que “este virus es también un ser vivo, que a su vez salió de otro ser vivo”.
Ve la exposición completa en: https://www.facebook.com/watch/?v=2966475610039423