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Chihuahua.¡Nicol, Nicol!, los gritos desesperados sonaron por los patios de las modestas casas de la colonia Parajes del Sur. Familiares y amigos se unían a la búsqueda de Louisse Nicol Williams Olivas, a la que no podían localizar en los alrededores

La pequeñita de dos años había estado jugando con algunos vecinitos a las escondidas. Juego típico de niños, pero lo inverosímil es que lo hicieron a pleno mediodía, a más de 40 grados, a plena calle y sin la supervisión de un adulto.

De pronto, alguien se percató de su presencia: estaba en el interior de la camioneta de la familia, recostada al frente de uno de los asientos, pareciera que dormía, descansaba y soñaba, pero para ese momento, Nicol ya era un angelito. Su vida se había esfumado.

Un inclemente sol de verano que eleva el termómetro hasta más de los 50 centígrados en el interior de los vehículos le arrebató la vida.

El trágico hecho ocurrió en una zona de vivienda popular, donde todas casas lucen igual, y en la que predominan las familias encabezadas por madres solteras empleadas de maquiladoras.

Su madre, quien fue detenida en tanto se deslindan responsabilidades, declaró ante la Policía Municipal que se encontraba dormida y cuando despertó notó que la niña no estaba en el interior de la casa.

La mujer y sus vecinos buscaron a Nicol en los alrededores del domicilio por unos 10 minutos. Hasta el sitio se trasladaron socorristas de la Cruz Roja, quienes ya no pudieron hacer nada por la pequeña pues había perdido la vida por el “golpe de calor” que le provocó deshidratación y aparentemente un paro respiratorio.

Las autoridades establecieron inicialmente que la camioneta tenía activados los seguros para niños, mecanismo que precisamente impide que los menores puedan abrir las puertas desde el interior de los vehículos.

No se conoce exactamente cuánto tiempo pasó Nicol tratando de salir de la camioneta, pero se estima que debieron ser alrededor de tres horas, tiempo en el que sus compañeros de juego tampoco se percataron que estaba ahí debido al polarizado que llevan los vidrios, mismo que impide distinguir hacia el interior. Nicol murió en la oscuridad de un día soleado.

La madre de la niña, identificada como Katerine G., de 21 años, fue puesta a disposición del ministerio público por la policía municipal, pues podría resultar responsable del delito de omisión de cuidados al no vigilar adecuadamente las actividades que desarrollaba su hija.

Por otro lado, la fiscalía abrió una investigación y lleva a cabo diversos peritajes para comprobar si efectivamente la menor pudo acceder sola a la camioneta, pues se trata de un vehículo en el que difícilmente una niña pequeña podría ingresar sin recibir ayuda de alguien mayor.

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