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El jueves pasado Daniel llegó a una gasolinera de Morelia para repostar combustible y continuar con sus vacaciones, le dijeron que sólo podían venderle 20 litros por una situación excepcional con el abasto , pero no le informaron la gravedad de la situación; hoy Daniel y su familia están varados en Michoacán sin poder regresar a Guadalajara.
“Me gasté los 20 litros andando por la ciudad y ahora llevo un día haciendo fila, comí y dormí aquí esperando que llegue otra pipa a descargar gasolina, pero no hay nada seguro, como quien dice, con esto rompieron el regreso de las vacaciones”, señala.
Junto con su esposa e hijos, Daniel llegó a Morelia para visitar a su familia y pasar las fiestas de fin de año ahí, su plan era volver el domingo por la tarde para preparar el regreso a clases de los niños y su plan de trabajo semanal, sin embargo las cosas se complicaron.
Con su vehículo casi sin gasolina y sin poder encontrar un sitio donde llenar el tanque debido al racionamiento en las estaciones, tuvo que empezar a buscar alternativas pues 15 o 20 litros le son insuficientes para recorrer los casi 300 kilómetros que hay entre Morelia y Guadalajara y no quiere aventurarse a buscar una estación con combustible en la carretera.
Una hermana le prestó un vehículo híbrido para que hiciera el viaje, pero hay que repostar al menos 10 litros de combustible para cubrir la distancia… así se fue el domingo, buscando dónde cargar gasolina, pero las aglomeraciones en las pocas estaciones con abasto lo hicieron imposible.
El lunes Daniel tomó el auto de su hermana y fue a hacer fila en la gasolinera más grande del rumbo, ubicada en Ventura Puente y Bulevar García de León; ahí comió, ahí pasó la tarde, ahí durmió y al medio día del martes alguien lo relevó para que él pudiera ir a bañarse a casa de su familia.
“Entre los que pudieron cargar y los que se desesperaron y se fueron ahora soy el séptimo de la fila, pero el problema es que ya se acabó la gasolina y los despachadores no saben cuándo llegará otra pipa, tampoco me puedo mover de aquí para hacer fila en otra estación donde si haya gasolina porque es perder otros dos días, así de largas están las filas en todos lados”, señala.
Calcula que detrás del suyo al menos otros 500 autos esperan turno, muchos de familias como la suya, que se quedaron varadas en Morelia: “he visto camionetas familiares con maletas amarradas en el techo, gente que viene del Estado de México, Veracruz o Tabasco”.
Daniel se dedica a la construcción y su preocupación es que las obras que está haciendo llevan dos días detenidas, lo que le ocasiona pérdidas económicas porque él de cualquier forma debe pagarles la semana completa a sus trabajadores.
“Ya de plano hablé con un familiar que vive en Tacámbaro y parece que allá está menos complicado conseguir gasolina, así que creo que pagaré un taxi que me traiga unos bidones desde allá para poder irme a Guadalajara”, dijo mientras seguía esperando su turno.
rmlgv