Monterrey.— Ante el acelerado crecimiento de casos de Covid-19 y la expectativa de medidas de restricción más radicales, que dejó entrever el sábado pasado el gobernador Samuel García Sepúlveda, ayer Monterrey vivió un domingo con afluencia casi normal en los sitios donde compra, pasea y trabaja la población de más bajos recursos. En cambio, las grandes avenidas y establecimientos comerciales se vieron desolados.
Un punto clave fue el inicio de clases presenciales, que confirmó García Sepúlveda acompañado por las secretarias de Salud y Educación. El mandatario dijo que todas las escuelas estarán abiertas hoy, sin límite de aforo y que se dejará a criterio de directores, maestros y padres, si los niños acuden, trabajan a distancia, o de forma mixta.
El mandatario argumentó que ningún otro estado como Nuevo León tiene más de 50 mil niños y adolescentes inmunizados con el Programa de Vacunación Transfronteriza, además de entre 150 mil y 200 mil que, por posibilidades de sus padres, los llevaron a vacunar al extranjero.
García Sepúlveda expresó que otro factor que llevó a los expertos, asociaciones de padres de familia, representantes de colegios y autoridades a decidir la apertura de todos los planteles es que “hay un porcentaje importante de la población que está demostrado que la escuela se convierte en un refugio más seguro, inclusive que en su casa”.
Al tiempo, el gobernado advirtió que su administración tendrá cero tolerancia con los dueños de establecimientos comerciales que no respeten los protocolos sanitarios y restricciones acordadas por el Comité de Seguridad en Salud, que consisten en el aforo de 50% en establecimientos comerciales o de servicios con espacios cerrados y abiertos, lo cual generó reacciones de molestia entre algunos sectores.
Pese a las restricciones, pero sobre todo el aumento de contagios, ayer no todos se quedaron en casa. Por ejemplo, los obreros de actividades esenciales tuvieron que trabajar, aglomerados en las escasas unidades del transporte público que ofrecieron servicio.
Tampoco pudieron quedarse en casa los trabajadores informales, como vendedores y los que ofrecen en los cruceros instalación de limpiaparabrisas para solicitar alguna moneda: por encima de la amenaza del virus, está la necesidad de llevar ingresos para sostener a su familia.
Igualmente, familias enteras, algunas sin cubrebocas, salieron a pasear y de compras en la zona comercial de la calle peatonal Morelos, aprovechando el único día disponible para distraerse de la rutina cotidiana y dejar por unas horas el hacinamiento por la estrechez de sus viviendas, comentó una ama de casa del poniente de Monterrey.
Además, la zona del mercado Juárez y el Mesón Estrella, estuvieron concurridas casi como de costumbre por familias que salieron a surtirse de frutas, vegetales, legumbres y otros productos para la despensa de la semana.
La titular de Salud, Alma Rosa Marroquín, informó que el sábado hubo 4 mil 679 casos de Covid-19, más de cuatro veces respecto a los mil 113 casos del 1 de enero. La secretaria atribuyó este repunte a las reuniones y fiestas de Año Nuevo y estimó que puede haber otra alza de contagios en una semana, por los viajeros internacionales que se reincorporen a sus actividades laborales a partir de este lunes.