Al que no le ha ido nada bien por andar hablando sin pensar lo que dice, nos aseguran, es al diputado del Partido Verde en Colima, Roberto Chapula , quien durante la última sesión ordinaria del Congreso local se aventó una de esas declaraciones desafortunadas de las que nadie sale bien parado: “A mí pueden acusar de todo, menos de ratero ni de joto”. En este sentido, nos recuerdan que la declaración homofóbica caló profundo, ya que don Roberto fue presidente de la Comisión de Derechos Humanos de Colima y muchos consideran que sus dichos son muestra de la simulación que hubo en la comisión durante su periodo. Por lo pronto, nos agregan, integrantes de la comunidad LGBTTTIQ+ han exigido una disculpa pública de parte del diputado. A ver si se anima.

Ambición legislativa

Quienes mostraron el cobre en Zacatecas, nos comparten, son los diputados locales, que apenas llevan cinco meses en su curul. Según nos relatan, a iniciativa del legislador Xerardo Ramírez Muñoz (PT), el Congreso local busca que los 58 ayuntamientos avalen la propuesta constitucional para permitir la partida “Herramientas Legislativas”, que les permite acceder a 200 mil pesos por diputado para “ayudas sociales” y que en su momento se usó para contratar a empresas de “asesorías legislativas”, pero hace cuatro años fue derogada, por lo que ahora el balón está en la cancha de las alcaldías, que decidirán si permiten o no lo que muchos ven como un abuso, lejos de sus promesas de campaña y la austeridad. ¿Se saldrán con la suya?

De resistencia y cashlanes

Nos aseguran que las luchas de los pueblos originarios de Chiapas por el poder político y por echar de las alcaldías a los cashlanes (mestizos) están encendiendo los focos rojos de la violencia política, con las retenciones y los grupos armados en Altamirano, Pantelhó y Oxchuc, donde el gobierno de Rutilio Escandón Cadenas (Morena) no sabe cómo lidiar y, menos aún, resolver los conflictos. Para ejemplo, nos mencionan Altamirano, donde simpatizantes del exalcalde Roberto Pinto Kánter desde hace un mes retienen a 27 lugareños, integrantes de un grupo armado contrario, quienes aseguran que no permitirán más el gobierno de cashlanes, o bien Oxchuc, con Hugo Gómez a la cabeza, a quien se le vincula con el grupo armado María Tulukes, y que se asume como alcalde en rebeldía y mantiene en zozobra la zona. El caso más dramático, nos dicen finalmente, es Pantelhó, gobernado por un concejo local respaldado por el grupo armado El Machete, donde nadie da razón de la desaparición, hace más de seis meses, de 21 pobladores.