La primera semana de 2023 concluye con casi 400 homicidios dolosos y hechos de alto impacto en al menos seis estados, siendo los más relevantes el motín y fuga en la prisión de Ciudad Juárez, Chihuahua, y el operativo de captura de Ovidio Guzmán, en Culiacán, Sinaloa, que desató una serie de enfrentamientos y bloqueos.
Tan sólo en los primeros cinco días de enero sumaron 397 homicidios dolosos en el país, cifra que es mayor en 77 casos a los 320 registrados en el mismo periodo de 2022, de acuerdo con los datos del informe diario de seguridad del gobierno federal.
En este conteo Sinaloa aparece el 5 de enero con cero homicidios dolosos. Sin embargo, el secretario de la Defensa Nacional , Luis Cresencio Sandoval González, informó que durante el operativo para la detención Ovidio Guzmán López murieron 10 militares y 19 agresores, además 35 soldados resultaron lesionados y 21 atacantes fueron detenidos.
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En esta semana, en distintos hechos, 26 miembros de las fuerzas de seguridad , tanto custodios como municipales, estatales, militares y marinos fallecieron en enfrentamientos armados.
Al respecto, el consultor en materia de seguridad nacional, David Saucedo Torres , dijo que este incremento en el número de homicidios en el país es indicativo de una mayor operatividad que tiene el gobierno federal en el combate de grupos criminales.
“El Presidente tenía una agenda política, social y económica que chocaba con cualquier posibilidad de combate a los grupos del crimen organizado: entonces, en esta recta final del sexenio, el Presidente finalmente parece que se está poniendo los guantes”, expuso.
Inicio en llamas
El año inició a sangre y fuego. Un motín y fuga en el Centro de Readaptación Social (Cereso) 3, de Ciudad Juárez, dejó un saldo de 17 muertos (10 custodios y siete reos) y 30 internos fugados, entre ellos Ernesto Alfredo Piñón de la Cruz, alias El Neto, líder de la pandilla Los Mexicles, un criminal considerado de alta peligrosidad que cumplía una pena de 224 años de prisión por diversos cargos de secuestro y homicidio.
En el norte de Veracruz, la madrugada del mismo 1 de enero se registraron tres ataques simultáneos en tres bares de los municipios de Poza Rica y Coatzintla; dejaron ocho muertos.
El lunes 2 de enero, durante el operativo de búsqueda de los reos fugados en Chihuahua, tuvo lugar un enfrentamiento entre hombres armados y elementos de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI) , en Ciudad Juárez, en el cual murieron dos elementos ministeriales y cinco presuntos delincuentes.
El mismo día, en Salinas Victoria, Nuevo León, un enfrentamiento entre policías y sicarios dejó cinco muertos: dos elementos de Fuerza Civil, uno de la policía municipal y dos civiles.
Dos días después, en Guaymas, Sonora, un choque armado entre criminales y elementos de la Marina dejó un saldo de un marino sin vida, así como un presunto delincuente abatido y otro lesionado. Además, ese 4 de enero, en la capital de Zacatecas, se registraron dos ataques armados con saldo de cuatro víctimas.
En los primeros minutos del 5 de enero, en un operativo en la colonia Aztecas, en Ciudad Juárez, fue abatido Alfredo Piñón de la Cruz, El Neto , cuatro días después de haberse fugado de prisión. En reacción se registraron ataques armados, quema de vehículos e incendios de tiendas de conveniencia en la ciudad durante la madrugada, sin que las autoridades reportaran víctimas ni detenidos.
Después de las cuatro de la madrugada, en un operativo encabezado por el Ejército , fue detenido en Culiacán, Sinaloa, Ovidio Guzmán, lo que desató una serie de actos violentos en varias partes del estado; la ciudad volvía poco a poco a la normalidad el viernes.
“El gobierno se puso los guantes”
Ante este panorama, el experto David Saucedo percibe que este inicio del año, con eventos violentos de alto impacto en distintas regiones del país, muestra que el presidente Andrés Manuel López Obrador “no había querido librar esta batalla contra los cárteles porque tenía otros objetivos, como la consolidación electoral de Morena , ganar elecciones en los estados y desaparecer a los órganos autónomos.
“Habíamos detectado una actitud laxa y permisiva hacia el Cártel de Sinaloa y una actitud persecutoria y punitiva contra el Cártel Jalisco Nueva Generación, pero ahora lo que se aprecia es que el gobierno federal se puso los guantes”, expuso.
Destacó la captura de Ovidio Guzmán , hijo de Joaquín El Chapo Guzmán , líderes del Cártel de Sinaloa, y la detención, antes, de Antonio Oseguera Cervantes, Tony Montana, hermano y operador criminal de Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, fundador del Cártel Jalisco Nueva Generación.
“Se trata de un viraje silencioso de la estrategia de abrazos, no balazos, en el que un componente importante era no capturar a narcotraficantes de alto nivel, pero finalmente el gobierno de México está enfrentando de manera simultánea a los dos grandes grupos de narcocriminalidad: el Cartel de Sinaloa y el CJNG ”.
Consideró que no está seguro de que el gobierno federal tenga los auges y los recursos para librar una narcoguerra contra los dos grupos de manera simultánea, “pero lo está intentando”.
Saucedo indicó que, si bien es cierto que hay puntos a favor del gobierno de México, también hay claroscuros, como deja ver la situación que se dio en Juárez, con eventos de narcoterrorismo protagonizados por El Neto .
“Se da esta fuga espectacular, que pone en evidencia el quiebre y la debilidad del sistema penitenciario de Chihuahua, que es muy similar al sistema carcelario de otras regiones del país, y que muestra la debilidad endémica de las cárceles de México”.
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