Zinacatán.- Con en el arreglo de las tumbas y la creación de altares, inició la conmemoración de los fieles difuntos en este lugar, donde miles de indígenas se dedican al cultivo de flores, que usan para honrar a sus fieles difuntos .
Desde el domingo por la mañana, los tzotziles llegaron a los dos panteones que hay en la cabecera municipal para limpiar las lápidas, los montículos o pintar las capillas que no son ostentosas a diferencia de los panteones de San Juan Chamula.
Los tzotziles llevaron miles de rosas, crisantemos, agapandos, cempasúchil, margaritas y otras flores que cultivan en los invernaderos para honrar a sus familiares que han fallecido.
Foto: Fredy Martín Pérez / EL UNIVERSAL
Además de limpiar las tumbas, los tzotziles tiran ramas de pino a granel y pétalos de cempasúchil, pero también encienden velas de color blanco y naranja, que a los fieles difuntos les sirva para alumbrarse en su camino a su casa donde sus familiares les han colocado viandas con caldos de res, pollo, frijoles, tortillas, frutas, pan, posh (aguardiente), elotes hervidos y refrescos de cola.
La creencia es que las almas de los fieles difuntos empiezan a llegar hacia las casas donde vivieron entre la noche del 31 de octubre y madrugada del 1 de noviembre.
En las casas de los zinacantecos ya se han levantado los altares para esperar a sus fieles difuntos y desde la mañana del domingo han preparado el maíz que servirá para elaborar el atol agrio, que consumirán el 1 de noviembre.
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afcl