Zacatecas.-
Desde niña, antes de irse a la escuela, tenía la encomienda de ordeñar a sus dos vacas “Reyna” y “Jirafa”. Al crecer dejó su pueblo para ser ingeniera bioquímica, pero su pasión por los establos la impulsaron a regresar su terruño para dedicarse a la crianza de vacas lecheras.
Hoy, no sólo tiene su propio rancho, sino también se ha convertido en la líder de los ganaderos zacatecanos y ostenta un cargo dentro del sector pecuario.
Se trata de Elba Oralia Padilla Flores, de 49 años de edad, quien posee un rancho de vacas Holstein en el municipio de Loreto en Zacatecas.
Actualmente, ya no les pone nombres a sus ejemplares, sino un número con el que identifica más de un centenar, pero asegura que las distingue perfectamente, porque diariamente convive con ellas.
“Lo primero que veo al levantarme a las cuatro de la madrugada son mis vacas, son a las primeras que saludo, porque los establos están enfrente de mi casa y siempre voy a ver cómo amanecieron antes de que sean ordeñadas”, agrega.
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Con orgullo menciona que proviene de una familia ganadera y de una dinastía de puras mujeres, ya que en total son seis hermanas y dos hermanos, así que su papá que, hasta la fecha, es muy disciplinado, aplicó la igualdad y no distinguió a las mujeres de los hombres: Todos debían levantarse a las 5 de la mañana a ordeñar dos o tres vacas y después se iban a la escuela.
“Desde que tengo uso de razón he vivido entre vacas, porque desde niña ya tenía tarea que cumplir. Al levantarme debía ordeñar dos vacas para poder irme a la escuela, entonces, me trataba de levantar primero que mis hermanos para ordeñar a las vacas más mansitas: Reyna y Jirafa. Al regresar de la escuela también debíamos ir a los establos a alimentarlas.”
Y esa misma disciplina la ha aplicado con sus tres hijos: dos mujeres y un hombre, porque ha comprobado que ambos sexos pueden y tienen la misma capacidad para hacer las actividades, al referir que cuando falta fuerza física, a la mujer le surge la inteligencia y se vuelven resolutivas.
Aclara que todo lo que tiene es producto de mucho esfuerzo , ya que desde hace 14 años, luego de convertirse en toda una profesionista y cuando ya era madre, regresó a Loreto para poner su propio negocio y se puso como reto sacar adelante sola a sus hijos y a su rancho, así que con "muchas ganas, disciplina, inteligencia y experiencia" ha logrado ver sus frutos, hoy hijos han iniciado sus carreras profesionales y sus establos son rentables y productivos.
Relata que su negocio lo comenzó con cuatro vacas, pero no quiso quedarse como una ganadera de traspatio, por ello, no sólo le invirtió “alma, vida y corazón” a sus ranchos, sino aplicó conocimiento, recursos y estrategia hasta convertirse en una empresa con equipo industrializado que genera empleos, de los cuales, cada que puede contrata mujeres.
Refiere que si bien ha visto discriminación en este ámbito, destaca que también hay avances, porque al paso del tiempo se ha gando el respeto y la confianza de los ganaderos, aunque eso significa trabajar lo doble para sobresalir, al grado que hace seis años aceptó presidir el Sistema-Producto Leche a nivel estatal, y por sus conocimientos profesionales y capacidad de gestión, desde hace dos años se convirtió en la primera mujer al frente del Comité de Fomento y Protección Pecuaria del Estado de Zacatecas.
“Al principio me ponía nerviosa presidir esas reuniones que son de toma de decisiones. Desconocía la dinámica que se daba entre puros hombres, pero cuando se presentan las oportunidades hay que agarrarlas, porque quizá ya no se le volviera a presentar a una mujer, así que había que entrarle y dirigir todo sin utilizar palabras altisonantes, demostrar capacidad de palabra y dar resultados, creo que así fue como me he ganado la confianza de los líderes ganaderos”, admite Elba Oralia.
Dentro de las actuales preocupaciones que tiene como empresaria y como dirigente de este sector son las mermas que han tenido por triplicarse los costos de los insumos que han impactado mucho en los márgenes de utilidad de las producciones lecheras.
Así transcurre su día a día. No hay minuto que no lo enfoque en conocer y atender al sector ganadero, desde que se levanta de madrugada a ver a sus vacas, recibir a sus trabajadores, motivar a sus hijos a tener amor por el racho y atender las responsabilidades de sus cargos, pero al llegar la noche, si escucha que alguna de sus vacas bramar acude a verla, puede que se trate de algún parto o bien hay que mitigar cualquier dolor en sus animales, sólo así se va tranquila a dormir.
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