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Chilpancingo.— En la última semana, en esta ciudad la pandemia se vivió en dos dimensiones: la del aceleramiento de contagios de Covid-19 y, la otra, la fiesta.
Ninguna de las dos se detuvo, corrieron en paralelo; una podría ser consecuencia de la otra. En los últimos ocho días, en la entidad los contagios activos de Covid-19 pasaron de 231 a mil 123.
¿Y las autoridades? Reaccionaron cuando la temporada de fiesta finalizó.
Fue hasta este lunes que el gobierno del estado decidió endurecer las medidas sanitarias para evitar nuevos contagios: ordenó, entre otras cosas, la cancelación de actos masivos.
“Eventos masivos en áreas públicas, como pendones. Totalmente prohibido”, se lee en la edición “extraordinaria” del Diario Oficial del Estado publicado ayer.
Otro tipo de eventos como conciertos, ferias, festivales, cabalgatas, grupos musicales en playa o áreas públicas deberán solicitar autorización con siete días de anticipación a la Comisión para la Protección Contra Riesgos Sanitarios del Estado de Guerrero (Copriseg).
Los asistentes a estos eventos deberán mostrar su comprobante de esquema completo de vacunación Covid-19 o bien la prueba rápida de antígeno de al menos 72 horas antes.
Sin embargo, puede ser ya tarde porque la temporada de fiestas ya terminó.
Lo bailado quién lo quita
Desde diciembre y hasta el domingo 9 de enero la fiesta estuvo buena: en Acapulco, Chilapa y Chilpancingo hubo ferias y todo lo que viene junto a ella: baile y aglomeraciones.
El martes pasado, a la plaza de toros Belisario Arteaga asistieron 13 mil personas, según cálculos de autoridades locales, a ver el jaripeo que amenizó la Banda El Recodo. El acto estuvo a reventar y ninguna autoridad lo impidió.
Ese día, la Secretaría de Salud (Ssa) de Guerrero reportó 103 nuevos contagios de Covid-19 y en la Alameda central las filas para la prueba iban creciendo.
El 6 de enero, Martínez Hernández encabezó la partida de una rosca “monumental”. El acto congregó a cientos de niños junto con sus padres. Ese día, la Ssa reportó 210 nuevos casos.
La noche del viernes, otra vez en la plaza de toros, cantó Gloria Trevi. No fue lleno total, pero reunió a buen número de personas. Ese día, la Ssa contabilizó 267 nuevos contagios y en Acapulco e Iguala la gente salió a aplicarse la prueba.
Al inicio de esa semana, Chilpancingo tenía 37 casos activos; al final, 169, mientras que Acapulco la comenzó con 79 y la concluyó con 458.
Desde que tomó protesta como alcaldesa de Chilpancingo, la morenista Norma Otilia Hernández Martínez insistió en la realización de la feria para “reactivar” la economía.
La Dirección de Salud de Chilpancingo informó que para la feria adquirieron 10 mil pruebas anti-Covid, pero sólo se aplicaron 2 mil 95, apenas 20%.
Tras una semana de fiesta, el repunte de contagios muestra más signos: la gobernadora, la morenista Evelyn Salgado, realizó ayer sus actividades a puerta cerrada, mientras que en la sede del gobierno del estado los trabajadores hicieron fila para hacerse la prueba Covid. En Acapulco, en el módulo del zócalo las pruebas no fueron suficientes.
En las siguientes semanas se verá o, tal vez no, el signo más doloroso de la pandemia: la hospitalización. Pero, mientras, lo bailado nadie se los quita.