Xalapa.— Para el pequeño Freddy, de nueve años de edad, integrante de la familia Zepeda Bustos, tener una mascota le causaba mucha emoción. Sus padres estaban renuentes al no tener el espacio adecuado y al pensar en los gastos que este nuevo integrante iba a generar.

El sueño de Freddy era tener un amigo peludo, un día salió de paseo con sus papás, vio en la calle a un husky y pidió su regalo de cumpleaños. Fue así como Locky llegó a su vida, quien ahora es el consentido del hogar.

“Mi mamá me dijo que iban a ver porque costaba mucho dinero, comida y crece muy grande, requiere mucho presupuesto, lo que me puso a pensar qué poder hacer para ayudarlos”, dijo Freddy.

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Viendo videos en una red social, el niño encontró el de un señor que lavaba tenis y se daba a conocer con la frase, “cuando sale espuma, la mugre se tumba”. Fue en ese momento donde a Freddy se le ocurrió tener un pequeño negocio para poder ayudar a su familia con los gastos de Locky.

Freddy se volvió en emprendedor, le dijo a su mamá que pondría un negocio de lavar zapatos, que le sacaran fotos y lo subieran a redes sociales para tener clientes. Iba en su patineta a recoger los pares de zapatos a domicilios cercanos , trayéndolos a su casa para lavarlos y entregarlos como nuevos de tres a cuatro días.

“Mi primer clienta fue una niña de unas botitas, estaba cerca de mi casa, fui en mi patineta con Locky y los recogí, me los traje a la casa para poder lavarlos y quitarles las manchas, pero me costó mucho trabajo porque estaban muy sucias.

“En un lavado de zapatos me tardo como media hora, si están muy sucios, ocupo mi fórmula secreta para blanqueamiento, primero le quitó la agujeta, lavo la suela, a refregarle, le pongo agua y luego por fuera y luego por dentro, enjuago bien y los pongo a secar al sol o en la secadora. Si el domicilio es lejos, me los tienen que traer, si está cerca, yo voy por ellos”.

Locky es el motivo de inspiración para Freddy. Su llegada, pero también los gastos que genera el peludo, impulsaron el negocio al que hoy el pequeño de nueve años le dedica tiempo y esmero, Foto: Especial
Locky es el motivo de inspiración para Freddy. Su llegada, pero también los gastos que genera el peludo, impulsaron el negocio al que hoy el pequeño de nueve años le dedica tiempo y esmero, Foto: Especial

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Así es como poco a poco y con mucho trabajo, Freddy le ha podido comprar a Locky una cama (que el perro ya destruyó), juguetes y apoya a sus papás con la compra de alimento especial para no dejar tanto pelo tirado.

Locky es un cachorro con mucha energía y muy travieso, lo que tiene activos a todos los integrantes de su familia porque no deja de hacer travesuras.

“Siempre que vamos al parque, le gusta ir y rodarse en los aspersores del pasto, se moja y luego se empieza a rodar en la tierra y es un show bañarlo porque no se deja secar”, comenta.

A Freddy lo conocen por las redes sociales, tiene ya una importante cartera de clientes, “ahorita tengo que lavar 25 pares, son de un señor que me los ha estado dando de cuatro en cuatro, y así me van llegando muchos más”, platicó.

El pequeño emprendedor ofrece servicio a domicilio siempre y cuando el lugar esté cerca, si no, pide que le lleven los tenis a su casa, Foto: Especial
El pequeño emprendedor ofrece servicio a domicilio siempre y cuando el lugar esté cerca, si no, pide que le lleven los tenis a su casa, Foto: Especial
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