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Ciudad Juárez, Chih.- Como si se tratara de una regresión al año 2010, el más violento en la historia de Juárez, esta ciudad ha vivido en lo que va de noviembre una ola de violencia con más de 91 homicidios dolosos, gestados, según las autoridades, desde el Centro de Reinserción Social número 3, con el fin de presionar a las autoridades para detener un operativo de “limpia” en el interior del mismo.
La escalada de violencia comenzó casi simultáneamente con la masacre a la familia LeBarón en los límites de Chihuahua y Sonora, por lo que en los medios de información ha pasado a segundo plano.
Autoridades estatales señalan que en defensa de las actividades ilícitas que Los Mexicles realizan desde el interior del Cereso 3, la banda vinculada con el Cártel de Sinaloa organizó una serie de ataques dirigidos para evitar que se concluyera una inspección para detectar armas, drogas, celulares y otros objetos no permitidos en el penal.
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El cateo en el Cereso inició el martes 5 de noviembre desatando una racha violenta que dejó, hasta el 18 de noviembre, 91 homicidios dolosos, 37 vehículos calcinados y medio centenar de amenazas de bomba en empresas maquiladoras, escuelas, negocios y oficinas gubernamentales, hechos que desataron pánico entre la población.
Desde 2009 la ciudad fronteriza carga con el estigma de ser una de las más violentas del país y del mundo; sin embargo, del 5 al 9 de noviembre Ciudad Juárez vivió cuatro de los días más violentos en los últimos años, en este lapso, la Fiscalía del Estado reconoció al menos 26 homicidios dolosos, de los cuales ocho estaban relacionados con los incendios de diferentes vehículos.
La sicosis aumentó durante estos cuatro días, pues se reportaron al menos 20 automotores siniestrados intencionalmente, entre ellos unidades particulares, camiones de servicio público de pasajeros, así como de transporte de personal de maquiladoras.
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Mientras 800 efectivos federales y estatales intervenían el Cereso 3, aparentemente para recuperar el control del centro penitenciario, Ciudad Juárez estaba en llamas, al igual que aquella tarde de julio de 2010 cuando, en uno de los días más trágicos de los que los ciudadanos tengan memoria, estalló un “coche bomba” privando de la vida a dos policías, uno federal y otro municipal, así como a un rescatista.
El pasado 6 de noviembre fue uno de los días más grises en lo que va del mes, las noticias daban cuenta de nueve camiones de transporte público y privado incendiados. En uno de ellos, nueve obreros de una maquiladora resultaron con quemaduras de primer y segundo grado.
La imparable ola de violencia fue generada desde el interior del Cereso número 3 por delincuentes que tienen entre cinco y 10 años detenidos, reconoció el fiscal general del estado, César Peniche Espejel.
El funcionario detalló que se trata de Luis Santiago E. C. El Miclo y Jesús Eduardo S.R. El Lalo, líderes del grupo de Los Mexicles pertenecientes al Cártel de Sinaloa y quienes, desde la prisión, continúan ordenando diferentes estrategias y delitos para los integrantes de su agrupación que se encuentran en libertad y que son recompensados con droga por sus servicios.
Aparentemente, Los Mexicles mantenían el control del Cereso 3 desde 2016, pues fue entonces cuando se realizó el último cateo de inspección, previo a la visita del papa Francisco a esta frontera y a dicho centro penitenciario. En aquel operativo, las autoridades aseguraron múltiples objetos prohibidos, mismos que se encontraban en poder de El Milo.
Por su parte, El Lalo ingresó a esta prisión el 28 de marzo de 2009 por delitos diversos, entre ellos 17 secuestros, no obstante, desde el interior del Cereso siguió ejecutando órdenes para secuestros, extorsiones y otros ilícitos ayudado por Ernesto Piñón El Neto, quien murió a causa de un balazo en 2010 cuando sicarios de su organización intentaban ponerlo en libertad en medio de un operativo.
De acuerdo con el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciario 2019 de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), dos cárceles del estado tienen sobrepoblación, entre ellos el número 3, de Ciudad Juárez, y el de Aquiles Serdán, ubicado a minutos de la capital.
Esta racha violenta parecía ir a la baja el día 11 de noviembre, sin embargo, después de 60 horas sin que se presentaran siniestros, amenazas de bomba y ejecuciones al estilo del crimen, el día 14 la delincuencia organizada retomó sus actividades incendiando un camión con seis pasajeros que lograron salir ilesos y con el asesinato de 15 personas, además de que se volvieron a registrar llamadas al número de emergencia para reportar aparatos explosivos en diferentes edificios, mientras que el Buen Fin se caracterizó por la muerte violenta de 21 personas.
A 14 días del operativo en el Cereso 3, la Fiscalía General del Estado de Chihuahua todavía no informa sobre los resultados que dejó el cateo, por lo que Isabel Sánchez, titular de la Mesa de Seguridad y Justicia Ciudadana, urgió a las autoridades estatales a poner al tanto a la sociedad civil sobre lo que está ocurriendo dentro del penal donde el operativo continúa.
Isabel Sánchez lamentó que la reacción del crimen ante la estrategia de “limpia” haya alcanzado a víctimas inocentes y que la sociedad se vuelva rehén de la delincuencia organizada.
Por su parte, el fiscal de la zona norte, Jorge Nava López, reconoció que los hechos violentos en el estado fueron una dinámica de presión por parte de un grupo de la delincuencia organizada para distraer a los elementos que intervenían el Cereso 3.
De igual manera, Juan Carlos Loera de la Rosa, delegado del gobierno federal en Chihuahua, detalló que las autoridades estatales están trabajando en coordinación con la Fiscalía General de la República (FGR) para la detención de todos los responsables.
Añadió que las acciones de las últimas dos semanas pretenden sembrar sicosis entre la población a raíz de la pérdida del control del Cereso por parte de un grupo delictivo.
A pesar de las diferentes estrategias implementadas en Ciudad Juárez desde 2010, cuando surgió la iniciativa de la administración federal Todos Somos Juárez, encabezada por el entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa, no se ha podido consolidar la paz en la ciudad fronteriza.
El año pasado, de acuerdo con cifras oficiales de la federación, se registraron mil 440 homicidios, mientras que hasta el pasado 18 de noviembre, sumaban mil 347 asesinatos.