Uruapan.— Desde la entrada se perciben la hostilidad, tristeza y coraje que invaden a esta ciudad que el pasado lunes atestiguó una masacre que dejó un saldo de nueve muertos y dos lesionados. De las víctimas, dos eran niños y dos más, adolescentes.
Un menor de 15 años y un adulto luchan por su vida en un hospital de esta ciudad ubicada a 110 kilómetros de la capital michoacana.
Sobre la calle Josefa Ortiz de Domínguez, donde cuatro sujetos perpetraron el ataque, todo es silencio. Los vecinos tienen miedo de hablar. El local de maquinitas que se convirtió en la escena del crimen fue asegurado por la fiscalía estatal y al pie de la cortina hay 22 veladoras en memoria de las víctimas.
El olor que emana del establecimiento es fétido, pues la sangre que corre por sus pisos de azulejo se empieza a descomponer.
“Todos eran unos niños. Unos angelitos de aquí del barrio La Magdalena, y los mataron sin piedad”, dice un familiar.
Asegura que en Uruapan los homicidios son cosa de todos los días: “Eso desayunamos, comemos y cenamos, porque nadie hace nada”.
En las casas vecinas al lugar donde ocurrió el multihomicidio resaltan los anuncios que informan el lugar al que fueron trasladados los féretros de las víctimas. Unos son velados en la calle y otros en funerarias.
Lugares asediados por gente armada que circula en camionetas con cristales polarizados.
El pánico sigue en esa céntrica zona comercial de Uruapan, que se convirtió en el municipio con más homicidios dolosos en el estado.
De eso da cuenta Panchito, un voceador que, instalado a unos 30 pasos del lugar del ataque, vende el periódico del día con la noticia más sonada: “¡Masacre!”
“La matanza, la masacre, la masacre de ayer aquí en la colonia Magdalena; la masacre; llévelo, llévelo”, anuncia.
En la Funeraria Tapia velan a un menor de 13 años, quien recibió un disparo en la cabeza. Su familia está devastada y pide justicia.
Para Carlos Alberto, un trabajador de la funeraria, la extrema violencia que viven los habitantes proviene desde un asalto hasta un ajuste de cuentas.
Considera que es desafortunado que en muchas de esas muertes paguen justos por pecadores y afirma que este tipo de asesinatos han infundido terror entre la población.
En las calles no se percibe mucho el operativo anunciado para reforzar la seguridad de Uruapan, pero sí la instalación de filtros de revisión en los accesos carreteros.
Elementos de la Guardia Nacional y de las policías Michoacán y municipal son los encargados de revisar vehículos y a automovilistas que se ven sospechosos.
El alcalde de Uruapan, Víctor Manuel Manríquez González, no ha dado la cara, mientras que la Mesa de Coordinación para la Construcción de la Paz en Michoacán implementó un operativo contra organizaciones delictivas.
La región de Uruapan es a partir de este martes el punto de partida de acciones operativas tras la violencia que se ha desbordado en los últimos días.
En Uruapan, en sólo tres días sumaron 21 muertos y cuatro lesionados.