Nogales.- Las expulsiones aceleradas que realiza el gobierno de Estados Unidos en medio de una tercera ola de Covid-19 , envuelven en una crisis la frontera de Nogales ; migrantes han rebasado el cupo del albergue San Juan Bosco y algunos llegan con coronavirus.
Francisco Loureiro, representante legal del refugio, informó que al momento se registra hacinamiento con 380 personas que llegaron por la noche del miércoles 28 de julio tras ser deportados de Estados Unidos , entre ellos se encuentran más de cien niños.
Algunos migrantes llegaron enfermos con diarrea, vómito y tos, por lo que pide apoyo a la población con agua, suero y medicamentos, máxime cuando esta noche se espera por lo menos el arribo de 100 personas más.
Personal de la Secretaría de Salud, acudió al albergue, pero sólo hizo prueba a 120 asilados y de estas siete resultaron positivas a Covid-19.
Los migrantes deportados son de Guatemala, Honduras, El Salvador, Haití y también del sur de México.
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Loureiro dijo que este es el único albergue que ha recibido a las personas que fueron deportadas, pues hay otro refugio pero pide prueba de Covid-19.
“Por humanidad los estamos recibiendo, no podemos dejarlos en la calle”, expresó al reconocer el riesgo ante la contingencia sanitaria.
Incluso, el fundador don Francisco Loureiro murió el pasado 18 de diciembre, tras ser contagiado y no superar el Covid-19.
El albergue San Juan Bosco desde poco más de 38 años, ha ayudado con alimento y alojamiento a casi dos millones de personas en tránsito, ya sea que buscan internarse a Estados Unidos o que son expulsados.
Apenas el pasado martes, la Casa Blanca emitió un comunicado donde asegura que la administración Biden-Harris está trabajando para mejorar el proceso de expulsión acelerada en la frontera para determinar de manera justa y eficiente qué personas tienen solicitudes legítimas de asilo y otras formas de protección.
El asilo y otras vías migratorias legales estarán disponibles para quienes buscan protección, pero aquellos que no busquen asilo o que no califiquen serán "trasladados” de inmediato a sus países de origen.
“Estados Unidos puede tener una frontera ordenada, segura y bien administrada mientras trata a las personas de manera justa y humana”.
En enero, la Administración Biden-Harris lanzó un amplio esfuerzo gubernamental para reformar nuestro sistema de inmigración, incluido el envío al Congreso de legislación que crea un nuevo sistema para administrar responsablemente y asegurar nuestra frontera, proporcionar un camino hacia la ciudadanía y administrar mejor la migración en todo el hemisferio, dice el comunicado.
En los seis meses transcurridos desde entonces, la Administración ha logrado un progreso considerable para construir un sistema de inmigración justo, ordenado y humano, mientras continúa pidiendo al Congreso que realice reformas a las leyes de inmigración de los Estados Unidos, que se habían retrasado mucho tiempo.
Procesamos con éxito a más de 12 mil 500 personas que habían sido devueltas a México bajo los Protocolos de Protección al Migrante.
Ampliamos las vías legales para la protección y la oportunidad, incluido el programa de menores centroamericanos (CAM) para reunir a los niños con sus padres en los Estados Unidos.
Fortalecimos la gestión colaborativa de la migración con socios regionales, incluso a través de un nuevo Grupo de Trabajo contra el Tráfico Ilícito y la Trata de Personas para interrumpir y prevenir el tráfico de migrantes y las operaciones de trata de personas, y continuamos disuadiendo la migración irregular en nuestra frontera sur, externó el gobierno de Estados Unidos.
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