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Cancún.- La familia de Juan E., un empleado de la Dirección de Zona Federal Marítimo Terrestre (Zofemat) del municipio de Solidaridad , denunció el secuestro del joven de 26 años, quien el pasado 30 de abril fue sustraído de su casa, ubicada en la ciudad de Playa del Carmen.
Los hechos ocurrieron durante el día, cuando cuatro personas irrumpieron en su casa con cajas envueltas para regalo y luego sacaron pistolas y un arma larga para amagar a su hermano, a su madre y a él, reclamando el pago por la droga que, supuestamente, había comprado con la promesa de saldar la deuda después.
Juan intentó hacer entender al cuarteto que se estaban equivocando de persona y que él no tenía ni droga ni nada que ver con eso, pero fue golpeado y sacado del inmueble, dejando atrás a su madre y a su hermano amarrados, amordazados y amenazados.
Los responsables del secuestro se llevaron además celulares, dinero y un auto que Juan usaba para trabajar, pues el que le asignaron en la Dirección de Zona Federal Marítimo Terrestre estaba descompuesto y estacionado en su casa.
Después de un rato, su hermano logró desatarse y auxiliar a su mamá. Estando ya a salvo, resguardados en otro lugar, se comunicaron con Sergio C.C. un compañero de Juan, a quien ubican como un “aviador” en la Zofemat, que a veces, salía a trabajar con el joven.
Le preguntaron si sabía por qué se habían llevado al muchacho o si había ocurrido algo que diese pie al secuestro, pero Sergio les respondió que lo ignoraba.
El 3 de mayo, pese al miedo, denunciaron los hechos ante el Ministerio Público. Esa noche comenzaron a recibir mensajes al celular; en uno de ellos les pidieron un millón de pesos; luego bajaron el monto a 400 mil pesos.
El caso quedó a cargo de la Fiscalía Especializada en la Investigación de Secuestros, en la ciudad de Cancún.
La Fiscalía General de Quintana Roo (FGE) abrió la carpeta de investigación FGE/ QROO/ SOL/ 05/ 2449/ 2021 y realizó algunas diligencias, citando al director de la dependencia municipal, Marco Antonio Loeza Pacheco, y a un excoordinador de Tesorería, comisionado a Zona Federal desde octubre de 2020, Carlos Martin Espinosa Preciat, “Charly”, quienes prácticamente se deslindaron del joven.
Conforme al relato de la familia, Loeza Pacheco se escudó en que, debido a la cantidad de empleados en la dependencia que dirige, no ubicaba a Juan.
“Charly” declaró que prácticamente no tenía trato con el joven; que “rara vez lo veía”, que “no pasaba a checar tarjeta como los otros empleados” y que ignoraba si estaba o no dado de alta en la Dirección.
Al mostrar su gafete oficial -firmado por Shelina Alonzo Alamilla, titular de Tesorería y con vigencia de enero a septiembre de este año- la familia asegura que Juan salía a trabajar todos los días y explica que la renovación de su contrato siempre ha sido anual.
A casi tres meses de lo ocurrido, no hay mayores avances; los comandantes a cargo suspendieron contacto con la familia, en la institución les dan largas o no les atienden y “con todo lo que ha pasado, pasa el tiempo y las posibilidades de que (Juan) aparezca, disminuyen”.
Su familia describe a Juan como un joven sano, sin vicios, cuyo mayor pasatiempo era jugar Xbox al llegar a su casa, luego del trabajo. Su comportamiento no era el de alguien que vive nervioso o perseguido por hacer algo indebido.
Sin embargo, señalan que pensaba renunciar a su empleo como notificador en la Zofemat, en donde no gozaba de mayor prestación que el aguinaldo y sus vacaciones; encima enfrentaba presiones. Su labor consistía en la verificación en campo las concesiones de zona federal, de hoteles, bares, restaurantes, clubs de playa y actividades en las playas de aquel centro turístico.
Pero en la dependencia municipal le pedían llegar a “arreglos” con los concesionarios que no estuvieran en regla, para que pagaran un porcentaje de la multa a manera de “cuota”, dinero que entregaba a “alguien” en la institución, según lo que él mismo había contado a su familia.
Además, 15 días antes de su secuestro, elementos de la Guardia Nacional (GN) le pidieron 60 mil pesos, en el entendido de que él operaba puestos de masaje en la playa Juan lo negó.
Sus familiares supieron por Juan que, a unos metros suyo, observando lo sucedido, estaba Mauricio Cuevas Méndez, quien durante 10 años trabajó en la Dirección de Zona Federal.
Mauricio aún tenía contactos en la dependencia. Juan dijo a su familia que cobraba sus propias “cuotas”; que supuestamente era dueño de puestos de masaje en la playa y que sabía que, en ocasiones, se hacía pasar por él para hacer esos cobros.
Otro que se enteró por Juan del roce con la GN fue Carlos Martin Espinosa Preciat, “Charly”, a quien le rendía cuentas, según la familia.
Dicho servidor público aparecía en 2018 como coordinador de Tesorería municipal, pero en octubre de 2020 fue comisionado a la Dirección de Zona Federal. Años atrás trabajó en Cancún, en la Dirección de Fiscalización y en 2014 enfrentó acusaciones en prensa por pertenecer a una supuesta red de extorsión a comercios, actos que no se investigaron, ni se comprobaron.
“Charly” -quien en su declaración ante autoridades dijo no tener mayor trato con Juan- le recomendó “guardarse en su casa unos días” mientras se calmaban las cosas con la Guardia Nacional. El joven obedeció, hizo un viaje corto, volvió, se reincorporó a sus labores y luego fue secuestrado.
Su familia, ya emocionalmente desgastada, no pierde la esperanza de que Juan sea liberado y afirman que no les importa ni siquiera que se castigue a los responsables intelectuales y materiales de haberlo sustraído de su casa, sino que aparezca.
afcl/rmlgv