Bajo el argumento de “mejorar la movilidad en la zona costera”, el alcalde de Tulum, Víctor Mas Tah , inauguró el primero de nueve caminos sobre manglares, acción que ha sido denunciada ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) debido a que este tipo de humedal está protegido por la legislación mexicana e interrumpir su flujo hidrológico o avanzar sobre él, está castigado penalmente.
Ninguno de estos caminos cuentan con Manifestaciones de Impacto Ambiental (MIAs), autorización de cambio de uso de suelo en terrenos forestales, ni se ha tomado en cuenta lo establecido por la Ley General de Vida Silvestre (LGVS) o la Norma Oficial Mexicana (NOM-022), advirtieron hoy organizaciones ambientales, académicos y ciudadanos de Tulum, quienes presentaron la denuncia correspondiente ante la Profepa.
En representación de estos ciudadanos, a presidenta del Grupo Ecologista del Mayab (GEMA), Araceli Domínguez, informó que, de haberse emitido la autorización de impacto ambiental y el cambio de uso de suelo en terrenos forestales para abrir los caminos, estos tendrían que hacerse obligadamente de forma piloteada, dejando pasos de agua para no impedir el flujo natural entre manglares.
“En todos ellos se han talado y rellenado manglares y zonas inundables, así como se han detectado importantes afectaciones a cavernas y cenotes.
“Los caminos tienen el fin último de abrir dicha zona de humedal costero al desarrollo de hoteles, comercios y desarrollos inmobiliarios ya que algunos de ellos ya se encuentran en preventa”, subrayó.
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La inauguración del primero de los nueve caminos se realizó el 31 de marzo, cuando el foco de la opinión pública estaba centrado en la muerte de la migrante salvadoreña, Victoria Salazar, a manos de policías de Tulum, por lo cual el anuncio del munícipe pasó prácticamente desapercibido.
Mas Tah informó en sus redes sociales que se habilitará un par vial con nueve conectores de 4.2 kilómetros, el primero, inaugurado en avenida Kukulkán -ese día- para conectar la vialidad con la zona costera a partir del punto conocido como el Tábano, hasta Casa Malca.
“Los otros ocho conectores se inaugurarán uno cada 15 días. Con la mejora en la movilidad de la costera, reducimos los tiempos de traslado, facilitamos la entrada de servicios de emergencia y seguridad para atender las necesidades de tulumenses y visitantes”, expresó el edil.
Además, el presidente municipal detalló que en la zona será construido un cuartel de la Guardia Nacional, en un terreno “donado”, sin especificar de dónde proviene la donación.
“También habrá una donación de hectáreas para conservación natural en esta zona. Estos trabajos son parte del Programa Municipal de Ordenamiento Territorial, Ecológico y Desarrollo Urbano Sustentable de Tulum”, dijo en aquel momento.
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Este polémico instrumento de planeación y política ambiental se publicó en el Periódico Oficial del Estado, ese mismo 31 de marzo, cuando el ojo público estaba enfocado en la tragedia de la salvadoreña.
Ese Programa es resultado de un cuestionado proceso que nació de la homologación de la Ley Estatal de Asentamientos Humanos, aprobada por la XV Legislatura en 2018.
En ese año, el Colegio de Biólogos, consultores y organizaciones, exigieron al Congreso local dar marcha atrás en la creación de esa nueva figura que fusiona el Ordenamiento Ecológico con el Programa de Desarrollo Urbano, debido a que invade competencias de la federación, especialmente en materia ambiental, pero no fueron escuchados.
En aquella época, el consultor ambiental, Alfonso Ocampo, bautizó esa nueva figura como “el Frankenstein urbano-ambiental”, haciendo la analogía de “un monstruo” que conjuga partes del Ordenamiento Ecológico y partes del Programa de Desarrollo Urbano, propiciando incertidumbre jurídica, invadiendo competencias federales, centralizando el poder en el ámbito estatal y fuera de lo que mandata la Ley General de Asentamientos Humanos.
La publicación de este Programa Municipal, promete desnudar -en próximos días- la sobredensificación de varias zonas en Tulum y la densificación de lugares emblemáticos colindantes con el Santuario de la Tortuga Marina en Xcacel-Xcacelito, área natural protegida estatal.
En torno a los caminos, los habitantes de Tulum, académicos y ambientalistas, solicitaron a la Profepa frenar de inmediato la tala y relleno de manglares y subrayaron que el ayuntamiento de Tulum “no está exento del cumplimiento de las leyes ambientales”.
Con su proceder, el gobierno de Mas Tah -quien busca reelegirse en el cargo- habría violentado, además del artículo 60 TER de la LGVS, la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA), que exige someter este tipo de obras o actividades al Procedimiento de Evaluación de Impacto Ambiental (PEIA) ante la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
El ayuntamiento también debió tramitar un Estudio Técnico Justificado (ETJ) para obtener la autorización de cambio de uso de suelo y está obligado a la aplicación de la NOM 022 que determina los límites de aprovechamiento de los humedales.
“Pedimos al Municipio de Tulum detenga y restaure el flujo en el manglar que se ha desmontado y rellenado, de manera ilícita”, expresaron.
Se precisó que los caminos iniciados se ubican en la intersección de la Avenida Kukulkan, con el “nuevo par vial” paralelo a la carretera costera Tulum - Boca Paila; los ocho accesos a la carretera costera en el Ejido José María Pino Suárez, en donde algunos trazos van paralelas y otros perpendiculares a la costa y los caminos en la colindancia con la Reserva de la Biosfera de Sian Kaan.
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