Mérida.- En el marco del Día por la Despenalización del Aborto en América Latina y el Caribe , la directora de la Clínica de Servicios Humanitarios en Salud Sexual y Reproductiva, Sandra Peniche Quintal, denunció que el acoso de parte de personas "conservadoras" afuera de las instalaciones de esa clínica se reanudó hace unos días.

El 23 de septiembre pasado inició la cuarta campaña anual de grupos religiosos denominado “40 días por la vida”, en donde mujeres y hombres con ideologías cristianas rezan y ayunan por el “fin del aborto” en las puertas de las clínicas hospitalarias que ofrecen los servicios médicos a las mujeres que desean interrumpir su embarazo.

Al respecto, la doctora recordó que la Secretaría de Gobernación (Segob) y la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) les instalaron protectores metálicos y cristales de seguridad afuera del lugar ubicado en la calle 54 por 49 del Centro de Mérida.

En marzo del 2018, Peniche Quintal fue herida con un desarmador afuera del inmueble médico. Actualmente, a decir de la entrevistada, el sujeto permanece “hospedado” en el Hospital Psiquiátrico, pues las autoridades declararon que el sujeto padecía de sus facultades mentales.

En ese sentido, dijo que desde la semana pasada, con todo y cubrebocas por la pandemia, los grupos religiosos regresaron a orar afuera del nosocomio a su cargo.

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“Todo va de mal en peor porque es un acoso persistente y sistemático que vulnera mis derechos, los de mi equipo de trabajo y de las personas mujeres que acuden a recibir los servicios médicos”, afirmó.

Añadió también que a pesar de sus denuncias, las autoridades municipales y estatales, así como la Comisión de Derechos Humanos (Codhey) , se “asociaron delictuosamente” con las personas religiosas, pues no actúan en su contra. “Estas personas siguen intentando imponer una mentalidad caduca y rebasada”, lamentó.

Mientras tanto, afirmó que seguirá denunciando y documentando “las violaciones a sus derechos humanos”, y en poco tiempo espera tener otro tipo de medidas a nivel internacional.

“Las rezadoras religiosas promueven ‘un tipo de terrorismo’ y violentan los derechos de las mujeres. A nadie se le puede obligar a cursar una gestación que no quiere o no puede, el embarazo no puede ser forzado por ninguna persona”, reiteró la doctora y activista social.

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afcl/rcr

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