San Cristóbal de las Casas.— Este domingo se llevó a cabo el proceso electoral extraordinario en dos de los tres municipios de Chiapas donde estaba previsto.
Pese a la violencia de las últimas semanas, en Chicomuselo y Capitán Luis Ángel Vidal se logró la instalación de casillas, mientras que en Pantelhó no hubo las condiciones.
El Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana (IEPC) destacó la participación de la población, sin embargo la Arquidiócesis de Tuxtla Gutiérrez señaló que la jornada no es representativa por la violencia previa que obligó al desplazamiento de cientos de personas.
La votación
En Chicomuselo, desde temprana hora hombres y mujeres, en su mayoría adultos mayores, se formaron en las canchas de los ejidos para votar en las 27 casillas que instaló el IEPC. Se tenía previsto instalar 45 mesas de votación.
El organismo electoral informó que en todos los lugares de votación hubo representantes de los 13 partidos acreditados, así como funcionarios del IEPC.
De acuerdo con la autoridad electoral estatal, la lista nominal era de 15 mil 16 ciudadanos para el caso de Chicomuselo, mientras que en Capitán Luis Ángel Vidal están inscritos 3 mil 3 electores, que debían votar en seis casillas. Sin embargo, no se precisó cuántas de esas personas realmente se encontraban ayer en sus municipios para poder participar en la jornada y no fueron desplazadas previamente.
Se observó que desde antes de la 08:00 horas decenas de hombres y mujeres acudieron a formarse en las canchas ejidales, que es donde se instalaron las mesas de recepción, para solicitar su boleta y elegir autoridades municipales.
Entre el 17 y 19 de agosto en la cabecera municipal de Chicomuselo se registraron enfrentamientos entre grupos armados rivales del crimen organizado que provocaron el desplazamiento de cientos de personas de barrios y comunidades.
El sábado, en la víspera de la elección, circuló un video en el que se ve que cientos de hombres y mujeres participan en un desfile en la cabecera municipal de Chicomuselo, que estuvo tomada por una organización armada durante tres años. “Queremos paz”, “Viva Sinaloa”, proclamaron los participantes que se cubrían los rostros con lienzos, durante su marcha a bordo de motocicletas.
Votación condicionada, dice la Arquidiócesis
La arquidiócesis de Tuxtla expuso este domingo que la jornada electoral extraordinaria tuvo lugar en medio de un clima de “alto nivel de violencia e inseguridad en que vive la población”.
Denunció que la ciudadanía fue “condicionada para votar según los intereses de los cárteles que se disputan el territorio, que han provocado el desplazamiento forzado de los habitantes”.
En un comunicado que leyó el encargado de la arquidiócesis de Tuxtla, el obispo Rodrigo Aguilar, consideró que la jornada extraordinaria en la Sierra Madre de Chiapas no es “de ninguna manera representativa”, debido al éxodo de miles de personas que han dejado sus hogares en la cabecera municipal y comunidades. De acuerdo con pobladores y líderes de partidos políticos, en el municipio de Chicomuselo hay 11 comunidades sin habitantes y de la mayoría de los barrios ha salido gente para buscar refugio temporal en otros municipios de esta región de la Sierra Madre de Chiapas, el altiplano chiapaneco o en Tuxtla Gutiérrez, la capital del estado.
Al leer el documento, el prelado dio a conocer que la Iglesia ha seguido “con preocupación” los acontecimientos violentos que se han registrado en el estado. “Lamentablemente la violencia no cesa y las poblaciones siguen siendo amenazadas por los grupos criminales”.
Como consecuencia de esta situación, advirtió, hay pueblos desolados. “Nos conmueve y preocupa el desplazamiento forzado que están viviendo muchas comunidades, de algunas se dice hasta 80% de su población ha tenido que tomar lo necesario y huir para poner a salvo su vida.
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“Hemos alzado la voz por enésima vez para denunciar el silencio, el disimulo o el contubernio que hay de parte de las autoridades que no se han expresado frente al sufrimiento de miles de personas”, expuso.
Hace unos días, obispos de Guatemala y Chiapas denunciaron que los criminales llegaban a las comunidades para llevarse a los hombres y “obligarlos a ponerse al servicio de los grupos criminales”.
La Iglesia católica en Chiapas pidió a las autoridades federales, estatales y a las fuerzas de seguridad que trabajen por la pacificación del estado y para “que se generen las condiciones necesarias de seguridad para los pobladores de las zonas de influencia de los grupos delincuenciales, que llevan adelante esta estrategia de muerte, de despojo y exterminio”.