CIUDAD JUÁREZ.- Ante las restricciones acordadas por los gobiernos de México y Estados Unidos, para el ingreso de migrantes venezolanos al país del norte, muchos ciudadanos del país sudamericano se replanteaban ayer su estrategia para cruzar la frontera.
“Llegamos ayer (jueves) a la una de la tarde. Me dijeron lo del decreto y me ha dado miedo, porque dicen que son cinco años después de deportarte los que tienes que esperar para volverlo a intentar. No quise pasarme, me quedé aquí y estoy viviendo en la calle, a unos los regresan, a otros no”, señala Manuel de 40 quien ayer estaba buscando ayuda humanitaria junto con su esposa para poder sobrevivir.
El migrante considera que las autoridades de ambos gobiernos debieron haberles dado una tregua, para que así pudieran pasar a las personas que ya estaban en México, ya que de no ser así su recorrido fue en vano.
“Debieron darnos unos cinco días y el qué pasó, pasó. Yo dejé Venezuela por el hambre, la necesidad, no hay nada. ¿Quién puede mantener sus hijos con diez dólares semanales? Vendí mi camión, mi casa, no tengo para dormir, pero yo para atrás no regreso”, expuso Manuel.
Cuenta que gastó más de 3 mil dólares para llegar hasta Ciudad Juárez; ayer dormía en la calle y no pierde la esperanza de encontrar la posibilidad de cruzar a los Estados Unidos y solicitar el asilo político.
realizó ayer un recorrido por el muro fronterizo que divide Texas y Chihuahua, y constató que el flujo de migrantes venezolanos continuaba, debido a que decenas de ellos aún buscan entregarse a las autoridades estadounidense, pese a que serán deportados a Ciudad Juárez.
De acuerdo con datos oficiales, entre la tarde-noche del jueves y la mañana del viernes más de 500 migrantes venezolanos habían sido deportados a Ciudad Juárez.
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