Tijuana.— Un edificio arropado entre bares y cantinas —a unos pasos del muro que divide Tijuana de Estados Unidos— recibirá a pacientes con Covid-19 en situación de calle, será el primero en su tipo en el país. Pasó de ser un hotel abandonado, a una cuartería y, en esta pandemia, a una unidad de atención médica para quienes carecen de todo.
Enclavado en la Zona Norte, el Albergue para Personas Vulnerables Covid-19 es uno de los dos proyectos encabezados por la Secretaría de Salud del estado, la organización civil Prevencasa y los empresarios del área, para habilitar inmuebles abandonados en centros de salud que les permitan, a quienes no tienen casa, guardarse en confinamiento.
La intención, según el secretario de Salud estatal, Alonso Pérez Rico, es atender a población vulnerable, pero al mismo tiempo crear un espacio seguro y así disminuir el riesgo de propagación del virus que hasta el corte del 21 de mayo alcanzó los mil 783 contagios y 448 muertes por Covid-19 en la ciudad.
“Esta población que llegue a resultar sospechosa o confirmada por este padecimiento es difícil que se pueda mantener en aislamiento, pues no cuenta con una vivienda, por eso la importancia de adecuar estos espacios”, explicó.
El proceso es el siguiente, explica Luis Alberto Segovia, presidente de Prevencasa. La gente llega al primer filtro: un área instalada en el patio de las oficinas de la organización ubicadas a un costado del albergue.
Ahí, primero se colocan un cubrebocas, si no tienen se les regala uno y luego se lavan las manos en un lavadero portátil, después pasan a un cubículo donde son atenidos por un médico que les toma su nivel de oxígeno y los valora y, si lo consideran necesario, les aplican una prueba rápida de Covid-19.
“Hoy a quienes estamos monitoreando principalmente son migrantes, deportados, personas en situación vulnerable, usuarios de drogas… trabajamos con todos ellos, este espacio está hecho para ellos; diario llegan entre 100 y 110 personas aquí”, asegura. De resultar sospechoso, el paciente será enviado al albergue que, se estima, entrará en operaciones en junio.
Albergue para Personas Vulnerables Covid-19 es el nombre que ahora da la bienvenida en la entrada del edificio. Sus tres pisos se han convertido en los cuartos de atención con capacidad para unas 50 personas, aquellas que no tengan espacio en alguno de los hospitales reconvertidos que habilitó la Secretaría de Salud o el IMSS en el municipio.
Zona Norte es una de las áreas más violentas de Tijuana, los homicidios, la venta de droga y el robo son parte de su rutina.
Mateo, un hombre de más de 50 años, vive dentro de la canalización del río Tijuana, a unos pasos del nuevo albergue. En ese espacio habitan otros como él.
Algunos, dice, desde hace tiempo empezaron con una tos que no les da tregua, otros pocos también con fiebre, pero para ellos es difícil saber si se trata de una neumonía, tuberculosis o simplemente abstinencia.
“Pudiera ser cualquier cosa”, piensa, “cuando vives en la calle te mueres de lo que sea”.