Cotija, Michoacán.- Nadie entra, ni sale de Cotija sin ser sanitizado. Eso y las medidas que adoptó este municipio de la esperanza, le permitió tener solamente un caso confirmado de coronavirus.
En las cuatro entradas de este lugar ubicado a 250 kilómetros de la capital michoacana, hay arcos sanitizantes, de los que ni el alcalde Aurelio Santos Contreras se escapa.
Tres o cuatro elementos policiales con sus armas largas en cada filtro sanitario, son suficientes para hacer valer esta medida y evitar un contagio de COVID-19.
Mujeres embarazadas, niños, adultos mayores y jóvenes, tienen que descender de sus vehículos para pasar por el rocío de Hipoclorito de Sodio.
Lo mismo sucede en la entrada del Mercado Municipal, sin distingos. Comerciantes y consumidores se sanitizan.
Esa y otras medidas implementadas con rigor y consciencia de la ciudadanía, han sido parte de la vida de los más de 19 mil habitantes de este lugar del occidente del estado.
A partir del pasado lunes, este municipio reinició actividades de acuerdo al calendario del gobierno federal; pero solo fue parcial la “nueva normalidad”.
Los negocios y comercios ambulantes reabrieron; las puertas de la iglesia también, pero las plazas públicas y las escuelas siguen cerradas por determinación del Cabildo.
A un costado de la iglesia principal, Benjamín Chávez Barragán, volvió a poner su puesto de verduras y eso es un motivo de tranquilidad, pero no de festejo.
El comerciante tiene 78 años de edad y desde que inició la pandemia, él y su familia vivían de la caridad, pues durante los más de 2 meses de confinamiento obligatorio.
Se alimentaban en el comedor comunitario que la iglesia católica y el ayuntamiento, montaron en la casa parroquial. Ahora, ya reactivó su negocio y las clientas volvieron.
Las familias salieron a las calles. Unos a pie, en auto y otros más en motocicletas, no sin antes escuchar un mensaje comunitario desde las torres de la iglesia principal.
“Ya hay mayor libertad en nuestro pueblo; ahora en la búsqueda de la nueva normalidad, no nos descuidemos”, señala el párroco Luis Javier Sáenz Naranjo.
“Así que vamos mentalizándonos a seguir cuidando nuestro pueblo; no por obligación, sino por convicción, no por temor a una multa o un castigo. Si nos cuidamos, no hace falta que un policía esté detrás de nosotros, cuando ellos ven por nuestra salud”, dice.
Ese mensaje solo era un previo de lo que el alcalde informaría más tarde. En Cotija, habrá nuevas y más severas medidas sanitarias ante la pandemia de COVID-19.
Aurelio Santos Contreras, señaló enfático que la reanudación generalizada de actividades en su municipio será hasta el 31 de mayo.
Señaló que lejos de animarlos el nombramiento de municipio de la esperanza, como autoridades les preocupó más y los obligó a incrementar las medidas sanitarias.
Como parte de las medidas para la nueva normalidad, a partir de hoy miércoles, comercios de comida establecidos y ambulantes, tendrán que sujetarse a reglas nuevas.
Santos Contreras, adelantó que tampoco prescindirá de los filtros sanitarios y que seguirá obligatorio el uso de cubrebocas, lo cual les ha funcionado hasta hoy.
Agregó que en unos días más, también sanitizarán automóviles; no solo personas, ya que ambos los consideró como vehículos de propagación, entre otros lineamientos.
Para el presidente municipal, en estos casos no se deben considerar intereses partidarios, porque lo que está en juego es la salud de las personas.
Por ello, destacó, en su municipio se aplicaron todas las medidas sanitarias DE la federación y el estado, para fortalecer la batalla contra COVID-19.
Y eso, sostuvo, es lo que les ha funcionado, principalmente con la participación de los pobladores, de la iglesia y de todos los sectores de la sociedad.
