Salamanca.— Leonardo, de 12 años, recibió dos balazos que al instante acabaron con su vida durante el ataque al Restaurante Bar La Típica, la noche del sábado pasado, en el que cuatro personas más murieron y 21 fueron heridas. Su padre pagaba la cuenta cuando una lluvia de balas sorprendió a los comensales.

Su cuerpo fue incinerado la tarde de ayer ante la súplica de su padre, Francisco, para regresarlo con su familia en una pequeña urna: “Un padre no debe enterrar a su hijo, un hijo debe enterrar a su padre, viejo”.

Francisco mostró su pena en un video que publicó en las redes sociales para pedir que la Fiscalía General del Estado (FGE) le permitiera cremar el cadáver de su hijo, luego de que el Ministerio Público le habría negado esa petición por ser parte de una investigación.

Pedía el apoyo de abogados, senadores y del presidente Andrés Manuel López Obrador para que pudieran efectuar la cremación.

Francisco comentó que la noche que murió su pequeño, una falla en el sistema de la caja registradora retrasó su salida del restaurante.

“Nosotros íbamos de salida, ya habíamos pagado, se había ido la luz, pero tardamos porque no había sistema. Pasó algo afuera, que rafaguearon el lugar.

“Una querida amiga de la Secundaria desgraciadamente falleció y al lado de ella murió mi hijo Leonardo. Mi hijo tenía 12 años y estoy mal como padre, mi otro hijo también está mal”, describió llorando.

Dijo que su único deseo era tener las cenizas de su hijo en su casa.

“No voy a estar en paz, no voy a estar bien teniendo a mi hijo lejos de mí en un panteón”.

El hombre comentó que son víctimas colaterales en un hecho en el que perdió a su hijo y a una amiga. “Nosotros no buscamos a los culpables (...) Somos gente trabajadora, irremediablemente nos tocó estar en el lugar equivocado”.

En el video comentó que no es de su interés participar en ninguna investigación y que ni siquiera puso una denuncia; por eso, el domingo pasado pidió que le entregaran el cuerpo de su hijo para velarlo.

Después de que el gobernador del estado, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, anunciara que había solicitado a la fiscalía autorizar la cremación del menor, en la capilla de la funeraria de la Sección 24 del sindicato petrolero se ofició una misa para Leonardo y, al terminar la ceremonia, regresó a la funeraria en un ataúd blanco.

Después se llevó a cabo la incineración del cuerpo.

Rodríguez Vallejo también instruyó a su equipo para apoyar con los gastos funerarios, hospitalarios y atención sicológica a la familia de los menores afectados en el restaurante bar La Típica, en Salamanca.

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