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Morelia.— Este jueves fueron velados y sepultados los cuerpos de los seis niños y su abuelita que fallecieron el lunes durante un incendio en su vivienda en la colonia Loma de la Aldea, una zona popular de la capital michoacana.
La fiscalía estatal informó que el incendio se generó por una brasa que salió de un tambo de acero utilizado como fogón por la familia.
Esta tragedia unió a la comunidad. Las muestras de cariño por las víctimas se hicieron presentes y habitantes de diferentes partes de Morelia abarrotaron el velatorio.
Al centro de la sala estaba un féretro de madera con los restos de doña Grisel, a su derecha tres ataudes blancos y a su izquierda otros tres de sus nietos Roberto, Ángel, Ricardo, Birlan, Tadeo y Santiago, de 13, 10, siete, cuatro, 10 y cuatro años.
Como muestra de empatía y solidaridad, los pobladores y vecinos de los niños y la mujer llevaron flores blancas, además de café, pan, agua y coronas.
El llanto no era sólo de los familiares, sino de cada una de las personas que se encontraban con los ataudes y las fotografías de los niños y su abuelita.
Por la tarde, las víctimas fueron sepultadas y despedidas por sus familiares y decenas de personas que se unieron al cortejo fúnebre.
Las presiones
En medio del dolor, los familiares tuvieron que enfrentar la burocracia e irregularidades por parte de las autoridades, pues elementos de la Fiscalía General del Estado pretendían entregar los cuerpos en dos semanas.
Finalmente, fueron entregados cerca de la medianoche del miércoles y trasladados a la funeraria Martínez, donde fueron velados.
Todo eso, luego de que una serie de anomalías del ayuntamiento y de personal de la fiscalía que dejaron en evidencia los vínculos entre autoridades y algunas funerarias.
Familiares y representantes de los colonos denunciaron que el secretario del ayuntamiento de Morelia, Yankel Benítez Silva, les llamó para presionarlos porque se negaron a aceptar la funeraria que les querían imponer, que fue identificada como Santa Cruz. Explicaron que los querían obligar a rechazar a la funeraria Martínez, que ofreció a la familia servicios gratuitos, como un acto de solidaridad y en apoyo a la familias de escasos recursos.
Acusaron que el funcionario municipal, incluso amenazó con clausurar la funeraria Martínez, lo cual no pudo hacer.
Con todo, doña Grisel y sus nietos finalmente pudieron ser despedidos ayer por sus familiares y decenas de vecinos entre oraciones, llanto, flores y decenas de globos blancos.