Tijuana.— Arturo Avilés fue un doctor especializado en urgencias por algunos años.

Desde hace un mes permanecía hospitalizado en el mismo lugar donde trabajó durante años: el Hospital mixto 20 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), que atiende pacientes Covid-19 y regulares, hasta el lunes por la madrugada, cuando murió.

Sus colegas despidieron su cuerpo, ahí también estuvo su familia. Sus hermanos médicos igual que él, esperaron en el edificio de salud y aguardaban en silencio a que los restos de Arturo salieran por el área mortuoria, en donde reclamaron que su nombre no sería un número más.

“No, Arturo, no eres un héroe, eres un mártir de esta situación, diste tu vida por salvar a la maldita sociedad enferma”, escribió uno de sus colegas en un mensaje que fue retomado no sólo por trabajadores de la salud, sino por residentes de Tijuana que claman a aquellos que se han negado a seguir las medidas sanitarias, “a ellos les importa más hacer filas para el Costco, la cerveza y sus imperdibles reuniones para sus muy importantes fiestas decembrinas”.

El secretario de Salud en Baja California, Alonso Pérez Rico, afirmó en su transmisión diaria que la cifra de personal de salud fallecido por el virus supera las 30 pérdidas entre ambas instituciones, entre médicos y enfermeras, pero los contagios se cuentan en cientos sólo en la entidad.

En su último corte compartido en una transmisión en noviembre, el funcionario estatal detalló que las cifras habían alcanzado un total 2 mil 890 trabajadores enfermos de coronavirus, mientras que 27 habían perdido la vida.

“Para cualquier persona que haya conocido al doctor Arturo Avilés y saber que su partida fue por culpa del Covid, va a negar que sea parte de una estadística”, decía otro de los mensajes publicado en redes sociales que también fue replicado decenas de veces, “no es un número más... era un excelente ser humano”.

La saturación hospitalaria ha obligado al personal a redoblar su seguridad, indicó un camillero de ese mismo hospital que prefirió no ser identificado; por ejemplo, en su caso, dice que parte del equipo de protección lo costeó de su bolsillo y, a pesar de contar con guantes, cubrebocas y careta, la cantidad de pacientes que llegan a Urgencias les genera mucha incertidumbre.

“Es mucha gente que llega en las peores condiciones y a veces sin los cuidados necesarios, nosotros hacemos lo más que podemos para protegernos, pero la situación ya nos está rebasando”, lamentó.

Hasta el corte de este 27 de diciembre, el IMSS reportó que, de sus 560 camas asignadas para atender a los pacientes con coronavirus, 384 ya estaban ocupadas.

La semana pasada apenas quedaban 64 camas para todo el estado dentro de los hospitales de esta institución.

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