Santa María Tonameca.— Han pasado cuatro días desde que el huracán Agatha descargó su furia en la región Costa de Oaxaca, y aunque hasta el momento los daños siguen sin cuantificarse, saltan a la vista en las decenas de comunidades asentadas a la orilla del mar, en muchas de las cuales sus pobladores comienzan a desesperarse y a protestar por una ayuda que no llega.
En San Isidro del Palmar, localidad perteneciente al municipio de Santa María Tonameca, uno de los más golpeados por el huracán, los pobladores acusan que no hubo información para evacuar, que los apoyos están llegando tarde y de forma desordenada, sin un plan de emergencia.
“No hubo información en su momento”, acusa Óscar Ortiz, uno de los damnificados, quien asegura que los pobladores, como pudieron, intentaron salvar sus pertenencias.
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“Creo que hasta aquí llegó el ojo del huracán porque los vientos y las lluvias fueron muy fuertes. Techos de lámina y casas quedaron totalmente deshechos, muchas viviendas quedaron rebasadas por el agua”, narra.
San Isidro del Palmar es una pequeña comunidad costeña habitada por unas mil personas, la cual quedó incomunicada tras los daños dejados por las intensas lluvias y casi seis horas de vientos continuos que lo mismo se llevaron tejados y techos de palma que postes de electricidad.
Óscar cuenta que en los diferentes barrios de la población el agua que llegó con Agatha alcanzó distintas alturas, desde un metro en las casas menos afectadas, hasta tres en viviendas que fueron cubiertas por completo.
Ante la situación que impera en el municipio, los pobladores llamaron a las autoridades para agilizar las tareas de ayuda en esa zona. “Desafortunadamente no tenemos un lugar a donde ir a vivir”, insiste Óscar, pues varias casas se consideran pérdida total.
Lo que se vive en San Isidro es tan grave, explican los pobladores, que familiares de comunidades cercanas han acudido a rescatarlos. Es por ello que coinciden en algo que se repite a diario en la costa oaxaqueña: los daños de Agatha son aún mucho más graves que los que dejó Paulina hace 25 años.
Escasean alimentos
“Nos tienen abandonados, no tenemos comida ni agua para tomar. Hay nenes chiquitos y personas de la tercera edad que necesitan. No nos ha llegado nada”, reclama un grupo de mujeres de la comunidad de Macahuite, también de Tonameca, quienes, como una forma de presión, decidieron instalar un bloqueo intermitente para exigir la atención de las autoridades.
Ante lo que se vive en San Isidro del Palmar y otras comunidades, César Ruiz, edil de Tonameca, hizo un llamado a los gobiernos federal y estatal para que visiten su municipio, pues aseguró que fueron afectadas alrededor de 7 mil familias y 50 localidades, por lo que urgió a que sean declarados zona de desastre.
El gobernador Alejandro Murat respondió ayer al llamado y arribó a San Isidro del Palmar para recorrer las zonas afectadas. En entrevista con EL UNIVERSAL, aseguró que los daños se irán atendiendo de manera paulatina, pero señaló que hasta el momento no se ha realizado el censo de cuántas personas resultaron afectadas por las lluvias y el desbordamiento de ríos.
“Apenas se van a empezar a hacer los censos, ahorita seguimos en una etapa de emergencia, que tiene como objetivo salvar vidas y paralelamente suministrar lo esencial para vivir, que es alimento y techo”, sentenció.
Sobre las denuncias de damnificados acerca de que la ayuda no está llegando, el gobernador reiteró que únicamente la Secretaría de Marina (Semar) y el Ejército son las dependencias autorizadas por el gobierno federal para otorgar apoyos.
“Se irán otorgando de acuerdo con los protocolos”, finalizó.
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