Chilpancingo, Guerrero

El primer domingo de marzo, en Chilpancingo se vivió un repunte de la violencia: en menos de ocho horas cinco hombres y dos mujeres fueron asesinados a balazos. La Cruz Roja ese día no tenía disponibles sus siete ambulancias: no hubo dinero para pagar la gasolina.

Esta crisis de la delegación de la Cruz Roja en Chilpancingo comenzó desde finales de 2019. Incluso en diciembre cerraron la unidad que operaba en Zumpango, el municipio vecino, por falta de dinero.

El presidente del Consejo Administrativo de la Delegación de la Cruz Roja en la capital, Jesús Ortega Cuevas, dijo que la crisis se debe a que la delegación estatal no ha transferido el dinero que necesita. Por ejemplo, no han llegado los 360 mil pesos por año que le paga la tienda Oxxo por la renta de un local. Pero también, porque en la última colecta sólo recibieron 15 mil pesos.

El pago por la renta del local lo tuvieron que haber recibido desde enero, cuando la tienda lo deposita. Ese dinero, dijo Ortega Cuevas, lo utilizan para la gasolina.

Cada quincena deben pagar 140 mil pesos en salarios de los 40 trabajadores, entre socorristas, enfermera y médicos, además de los medicamentos.

“Este personal debería ser mejor pagado, su actividad es salvar vidas, ellos son los que te van a sacar del automóvil deformado por el impacto del choque utilizando sus técnicas de extracción que aprenden en la misma institución, te canalizan, te llevan a urgencias, para mí no hay precio, deben ganar lo justo, muy bien”, dijo el presidente de la Cruz Roja en Chilpancingo.

La segunda semana de marzo se reanudó el servicio con una ambulancia, los trabajadores pagaron la gasolina.

Héroes desprotegidos

Este socorrista tiene más de 10 años como voluntario. Todo ese tiempo lo ha hecho en medio de la violencia.

—¿Sienten respaldo de la institución?

—No al 100%, cuando tienes un problema no te dan todo el respaldo. No tenemos seguro médico, y el seguro de vida es una obligación. Cada año lo renovamos, la Cruz Roja paga la mitad y la otra, el trabajador. Quien no tenga seguro de vida no puede subirse a una ambulancia. Se pagan 375 pesos al año por un seguro por 200 mil.

—¿Y a ti cuánto te pagan?

—Mil 500 quincenales.

—¿Te alcanza?

—No. Tengo otro trabajo. Decimos entre los compañeros que de la Cruz Roja no vives, pero me gusta ayudar a la gente, muchos me dicen que estoy loco.

—¿Alguna vez has pensado en dejarlo?

—No, hasta ahorita no. Lo dejaría sólo por una lesión que ya no me permita subirme a una ambulancia, pero aun así no lo dejaría, buscaría ayudar en la administración, en la operación del radio, en la oficina.

Expuestos

Los riesgos para un socorrista en Guerrero siempre están latentes.

1) La mañana del domingo 18 de noviembre de 2018, a la comunidad de San Juan Tenería en Taxco llegó un grupo de voluntarios de la Cruz Roja con ayuda humanitaria, los escoltaba una patrulla de la Policía Estatal con cuatro agentes. Cuando comenzaban a repartir, llegaron unos 20 hombres armados y comenzaron a disparar, sobre todo contra los policías.

En la balacera todos corrieron a protegerse. Se escondieron en una vivienda que está a un lado de la cancha. Fueron 10 minutos de terror. Hubo nueve heridos, tres uniformados murieron, tenían el tiro de gracia. También pereció Alejandro García, un joven que estudiaba para técnico en urgencia médica en la escuela de la Cruz Roja en Taxco.

De ese episodio se difundió un video, las imágenes muestran el peor escenario para un paramédico de la Cruz Roja: intentar salvarle la vida a uno de sus compañeros.

2) A Lorena hombres armados la hirieron a tiros en Chilapa. Cuando la ambulancia de la institución iba rumbo al Hospital General de Chilpancingo, un comando la interceptó y volvió a atacar a la mujer. Esta vez murió.

Eran las 10 de la noche del 6 de abril de 2019 cuando las autoridades recibieron la llamada de emergencia de que en el libramiento Tixtla-Chilpancingo se registraba una balacera. Llegaron policías y militares. Sólo hallaron la ambulancia con una mujer muerta y los paramédicos golpeados.

Después de que arribaron los policías y militares, la ambulancia llegó a su destino inicial: el Hospital General de Chilpancingo.

Daños que pasan inadvertidos

—¿Nunca te has sentido mal de ver tanta violencia?

—Sí, siempre hay un daño sicológico. Entre los paramédicos se dice que para hacer esto se debe estar algo de loco para ver tanta sangre, tantos heridos y a niños sufriendo, eso afecta mucho. Hay servicios que te dejan marcado, que no se te olvidan, que pueden pasar cinco, 10, 15 años y ahí están en el recuerdo.

—¿Cuál es ese servicio para ti?

—Me han tocado dos eventos de ese tipo y son de niños. Hay compañeros que les afecta ver a ancianos sufriendo, a jóvenes. A mí me afecta mucho ver a niños. Un caso fue el de un menor de unos seis años a quien un carro le pasó por encima de su cabeza, se la explotó. El otro fue cuando un coche arrolló a un niño y lo aventó unos cinco metros; cuando llegamos ya no había nada qué hacer, el pequeño estaba muy lastimado.

—¿Cómo le hacen para que no les afecte? —Vamos a [recibir] ayuda sicológica, tenemos que buscar esa ayuda, para irnos liberando, para liberar las emociones, vamos a las terapias y seguimos.

—¿Tu familia qué te dice?

—Que estoy loco para estar ahí, y sí tiene algo de cierto, pero a mí en lo particular me gusta mucho lo que hago.

—¿Tu familia te pide que dejes el trabajo?

—Nunca, pero me piden que me cuide, que los mantenga comunicados y que nos vamos a ver al final de mi turno.

La Cruz Roja Mexicana anunció una auditoría en su delegación de Chilpancingo para aclarar las acusaciones contra el coordinador estatal, Sergio Alonso Villaseñor, y mientras las investigaciones corren, los socorristas seguirán saliendo a ayudar en medio de la precariedad.

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