Chilpancingo.— Durante cuatro días, hombres armados acosaron a pobladores de El Pescado, en el ejido Los Guajes de Ayala, en la sierra de Coyuca de Catalán, en la Tierra Caliente de Guerrero.
En ese tiempo intentaron tomar el pueblo a balazos, pero los pobladores resistieron como pudieron. Mientras eso ocurría, niñas, niños, adultos mayores y mujeres clamaron ayuda; todos se resguardaron en el centro de salud de El Pescado.
“Ahorita ya nos empezaron a tirar en la comunidad, por favor vengan a ayudarnos. Se escucha la balacera muy cerca, la gente está desesperada, no sabemos qué hacer”, dijo una de las mujeres que se resguardaban, a través de un video que difundieron en las redes sociales.
En los cuatro días difundieron varios videos donde narran los enfrentamientos entre La Familia Michoacana y los hombres de El Pescado. En uno de ellos, una voz de una mujer demanda auxilio: “El gobierno pedía pruebas y ahorita ya está la balacera, por favor vengan a atendernos”.
Hasta este jueves llegaron militares y policías a El Pescado. El gobernador Héctor Astudillo Flores negó que por negligencia no haya enviado ayuda antes.
Argumentó que militares, agentes de la Guardia Nacional y policías locales se encontraban resguardando la jornada democrática del pasado 6 de junio y después los 28 distritos electorales.
Los pobladores acusan a La Familia Michoacana de atacarlos para después despojarlos de sus tierras. Esta no es la primera agresión, desde febrero han sido constantes, sólo se han detenido por la presencia de los militares.
El viernes pasado, el Ejército abandonó El Pescado donde tenía una base de vigilancia. Apenas los militares dejaron el pueblo y el acoso de los criminales comenzó de nuevo.
Estos ataques han provocado el desplazamiento de por lo menos otros cinco pueblos.
Sin embargo, lo ocurrido no es nuevo, los ataques a los pueblos de Los Guajes de Ayala comenzaron hace dos o tres años, cuando el precio de la goma de opio se desplomó, dejó de ser rentable y todos —pobladores y criminales junto con empresarios— miraron al mismo lugar casi al mismo tiempo: a los bosques, a la madera.
Todos buscaban sustituir lo que obtenían con los cultivos de la amapola. Cada quien lo hizo a su forma. Los pobladores consiguieron un permiso de aprovechamiento forestal sustentable. Los criminales optaron por la clandestinidad.
El 15 de enero de 2019 arrancó el aprovechamiento del bosque, pero duró poco. El 30 de marzo de 2020, hasta su campamento llegaron hombres armados con fusiles AK-47 y R-15, a bordo de camionetas y cuatrimotos, escoltados por tres camionetas Hummer con características del Ejército, según lo registraron los pobladores. Los obligaron a abandonar el campamento y se apropiaron de sus máquinas, herramientas y del combustible.
Ese día no sólo se terminó el nuevo proyecto, sino también la tranquilidad en Los Guajes.