Ciudad Juárez.— Por meses recorrieron miles de kilómetros desde sus países de origen para llegar a la frontera y cruzar a Estados Unidos, pero algo más fuerte, incluso que las mismas autoridades migratorias , los tiene ahora varados dentro de los albergues en esta localidad: el .

Desde hace aproximadamente dos meses, los albergues en esa frontera están cerrados a ingresos y salidas, por lo cual las familias o personas migrantes que habitan en esos lugares están detenidos hasta que los contagios bajen y puedan salir a solucionar su situación migratoria, trabajar o simplemente comprar algún artículo.

Juan Fierro García, director del albergue El Buen Samaritano , señaló en entrevista para EL UNIVERSAL que para evitar el contagio del virus entre los migrantes se creó un cerco sanitario, donde sólo pueden salir aquellas personas que trabajan o que van a recoger remesas.

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Los demás deben permanecer dentro del albergue sin salir a ningún lado, hasta que el semáforo de riesgo epidemiológico en Ciudad Juárez avance a amarillo o en su caso, verde.

“Nosotros tenemos restringidas las salidas para ellos, únicamente hay salidas esenciales, como al doctor o ir a cobrar alguna remesa, y los que están yendo a trabajar, van con los protocolos establecidos. Salen a trabajar, se desinfectan con gel antibacterial y su ropa la echan en una bolsa y se meten a bañar”, afirmó Fierro García.

Dentro del albergue, que se localiza en la colonia División del Norte, se cuenta con una serie de protocolos y filtros para la prevención del Covid-19.

A su vez, también se tomó la decisión de reducir a un 50% la capacidad del albergue, por lo cual ahorita hay 55 migrantes de diversas nacionalidades, principalmente centroamericanos, entre niños y adultos habitando en el lugar.

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“Estamos trabajando sólo en un área, la otra está en remodelación y reducimos a 50% la capacidad del albergue”, añadió el director.

Esas medidas han logrado que dentro del albergue no se registren casos positivos , ya que además de los filtros, para quienes llegan a enfermar o tener algún síntoma de alguna enfermedad respiratoria , se cuenta con medicamentos y un doctor que los revisa.

“De alguna manera los migrantes lo entienden, porque tenemos que cuidarnos todos. También formamos una comisión para lo que ellos necesitan de la tienda, porque hay cosas que nosotros no les damos, se creó una comisión para que vayan a comprar lo que ellos necesiten o que no les proveemos”, explicó Fierro.

Estas medidas o acciones se tomaron en El Buen Samaritano al igual que en la Casa del Migrante de Ciudad Juárez desde que cambió el semáforo de riesgo epidemiológico a color naranja; sin embargo, en caso de que se retrocediera al semáforo color rojo, las medidas se reforzarían y nadie podría salir.

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