El obispo de la Diócesis de Celaya, Benjamín Castillo Plascencia, ordenó la celebración de las misas sin feligreses y la suspensión de las actividades pastorales y de religiosidad popular de Semana Santa; además advirtió que se sancionará a los sacerdotes que desacaten la medida.
El prelado explicó que la medida es de carácter obligatorio a partir de este 17 de marzo en todos los templos, para la protección de los feligreses ante la emergencia que implica el Coronavirus (Covid-19).
“El sacerdote que no se someta a estas disposiciones, será sancionado con las penas canónicas pertinentes”, acotó.
Estableció que se aplicará el Código Canónico a los presbíteros que desatiendan sus indicaciones. Dijo que todas las personas están “dispensadas de la obligación” de asistir a misa.
Dijo que desde el próximo lunes 23 de marzo los sacerdotes deben celebrar las misas sin la participación de los fieles, los oficios de Semana Santa inclusive, a menos de que la autoridad sanitaria lo permita.
El obispo señaló que las bodas se podrían celebrar pero sólo con la presencia de los novios y de sus testigos. “Deberán celebrarse a puerta cerrada, con la mínima presencia de fieles”.
Explicó que tomó las medidas en respuesta a la recomendación de la Conferencia del Episcopado Mexicano.
“Conscientes de que el peligro es real y es una situación que debe tomarse con seriedad es necesario mantener la calma y la serenidad, adoptando las atinadas medidas preventivas que vayan indicando las autoridades sanitarias”.
Se suspenden los encuentros, retiros, reuniones, ejercicios espirituales, procesiones y ejercicios de la religiosidad popular aunque sean centenarias; actividades pastorales de las comisiones y dimensiones de la pastoral diocesana programadas en los niveles decanal y parroquial además de los grupos y movimiento.
También habrá algunas celebraciones por el período de cuaresma, como el lavatorio de pies, a la que sólo acudirán los adultos que representarán a los apóstoles.
Dijo que se mantendrá la atención pastoral a los enfermos de acuerdo a las circunstancias de cada enfermo y en caso de extrema necesidad a cargo de sacerdotes jóvenes y sanos.
El obispo hizo la invitación a fortalecer la oración personal y familiar.
ml