Cancún.— Declarado como un inminente “desastre ecológico”, el arribo masivo de sargazo a costas de Quintana Roo será contenido mediante vallas o barreras dentro del mar, similares a las usadas cuando se registran derrames petroleros, para evitar su llegada a las playas, adelantó el gobernador del estado, Carlos Joaquín González.

La estrategia irá acompañada de sargaceras, que recogerán las algas dentro del agua, indicó el mandatario, quien añadió que los trabajos iniciarán en Playa del Carmen, Cancún, Mahahual, Tulum, Isla Mujeres y Puerto Morelos.

“Un estudio de corrientes nos permitirá saber dónde podemos mantener esas vallas para evitar que el sargazo llegue hasta las playas”, expresó, y explicó que por medio de remolcadores —a través de algunas redes— se podrá llevar las macroalgas mar adentro.

“El costo de los trabajos llega de la federación; sin embargo, estamos haciendo y dando respaldo estatal para iniciar con estas labores y lograr el acuerdo federal para que podamos en conjunto y en coordinación tener recursos para llevar a cabo este proyecto que busca darle solución a este problema”, añadió.

Esa misma estrategia se aportó en el verano de 2015, cuando la situación hizo crisis por primera vez. Incluso se formó un grupo científico, financiado con 60 de los 150 millones de pesos que el gobierno federal destinó para la recolecta manual (90 millones) y el análisis de “la cosecha” de sargazo en el mar. Para septiembre de ese año, especialistas del Instituto Politécnico Nacional (IPN), reunidos en Cancún, vaticinaron que el alga marina seguiría arribando a las costas del Caribe mexicano.

Sin embargo, los avances logrados quedaron en el olvido, los proyectos que comenzaron a ponerse en marcha fueron abandonados y las autoridades locales y federales se confiaron al ver que el fenómeno atípico disminuía, hasta que llegó 2018 y con él, miles de toneladas más, que superan el volumen de algas pardas de 2015.

Ayer, durante la videoconferencia “Urge plan de manejo integral del sargazo, desastre natural permanente en el Caribe”, impartida en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la doctora, Brigitta Van Tussenbroek, advirtió que el recale masivo de sargazo podría convertirse en un desastre ecológico de grandes dimensiones, debido a sus impactos en ecosistemas marinos, de flora y fauna.

Joaquín González recordó que la Universidad de Galveston, en Estados Unidos, ha proveído de monitoreos satelitales al gobierno estatal para determinar de dónde proviene el sargazo. “Cozumel e Isla Mujeres han sido los municipios donde este fenómeno se ha registrado en menores cantidades”, dijo.

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