Querétaro.— El ataque ocurrido la noche del sábado en el bar Los Cantaritos, en el centro de esta ciudad, mantenía ayer conmocionada a la población, principalmente a los vecinos del lugar.
Cuatro sujetos armados ingresaron al establecimiento y dispararon contra los clientes. El ataque duró apenas 25 segundos, pero fue suficiente para causar la muerte de 10 personas y dejar 13 heridos.
Mientras la noticia del ataque se difundía en redes sociales, los vecinos del Barrio de La Cruz, un área cercana al bar, empezaron a rendir homenaje a las víctimas con un altar improvisado con flores, veladoras y mensajes escritos, el cual fue colocado frente al establecimiento, como un acto simbólico en memoria de los fallecidos.
El gesto de los residentes fue un intento de traer algo de consuelo ante un acto violento y desgarrador ocurrido dentro de su comunidad y que, señalaron, es inédito.
El altar estuvo solo la mayor parte del día y contrastó con las reacciones en redes sociales, en las que el dolor por la pérdida y la esperanza de que este tipo de incidentes no se repitieran era la mayor exigencia.
Entre los fallecidos ya comenzaron a sonar algunos nombres, entre los que está el DJ queretano Rodrigo García, quien trabajó esa noche.
El ataque en Los Cantaritos ocurrió a escasos metros de Los Arcos de Querétaro, uno de los monumentos más emblemáticos y representativos de la ciudad.
El contraste entre la violencia desatada tan cerca de este sitio emblemático y la tranquilidad que caracteriza a esta ciudad fue notable.
El ataque ocurrió en una zona de alto tránsito nocturno y cerca de un lugar turístico, pero también muy cerca, a sólo 2 kilómetros, del Estadio Olímpico, donde Natanael Cano, uno de los representantes más importantes de los narcocorridos en el país, se presentaba ante miles de espectadores en un evento abarrotado y donde se cantaron canciones que enaltecen a capos del crimen organizado.
A las 21:31 horas del sábado, la cámara de seguridad del bar captó el momento en que los agresores irrumpieron en el lugar y comenzaron a disparar indiscriminadamente con armas largas.
En las imágenes se observa a los clientes intentar protegerse como podían, algunos lanzándose al suelo y otros refugiándose debajo de las mesas para evitar las balas. El sonido de los disparos interrumpió la música y las conversaciones, dejando una atmósfera de terror en el interior del establecimiento.
El ataque, que fue ejecutado con rapidez, duró sólo un minuto. A las 21:32 horas, los disparos cesaron y el bar quedó en silencio. La cámara de seguridad muestra a un hombre de camiseta blanca, que sorprendentemente logra ponerse de pie después de los disparos. Mientras tanto, la escena en el bar se llenaba de caos y angustia, con las víctimas tendidas en el suelo.
Una vez consumado el ataque, los hombres armados se subieron a la camioneta, mientras uno de ellos continuaba disparando desde el exterior. Todos se dieron a la fuga.
En los minutos posteriores, comenzaron a llegar las primeras unidades de la Cruz Roja para atender a los heridos.
Tras el ataque, varias ambulancias de la Cruz Roja y vehículos del gobierno estatal arribaron al lugar. En pocos minutos eran alrededor de 100 elementos policiales los que estaban en el lugar, tanto de la Policía Municipal como de la Policía Estatal, que acordonaron el área en espera de la llegada de la Policía de Investigación de la Fiscalía General de Querétaro.
También se establecieron retenes vehiculares en los alrededores, desde Universidad y Calzada de los Arcos, hasta el Templo del Barrio de la Cruz, mientras la Fiscalía General del Estado iniciaba las investigaciones en el lugar de los hechos.
Decenas de curiosos, familiares y víctimas sobrevivientes se abarrotaban frente al cordón policial entre ambulancias, vehículos de la morgue y un fuerte olor a pólvora y metal.
Este ataque no es aislado, tiene lugar en el marco de una serie de incidentes violentos relacionados con grupos criminales originarios de Guanajuato, que en el último mes han incrementado su presencia en Querétaro.
Según la prensa nacional, las víctimas y los agresores tendrían vínculos con cárteles como el de Santa Rosa de Lima y el Cártel Jalisco Nueva Generación, los cuales están involucrados en disputas por el control de rutas de tráfico de drogas en la región del Bajío.
Sólo en un mes, al menos 25 personas originarias de Guanajuato han sido ejecutadas en Querétaro.
La violencia, que inicialmente se concentró en los municipios del sur del estado, como San Juan del Río, parece estar alcanzando zonas urbanas de la capital queretana.
De acuerdo con las autoridades locales, estos hechos tienen vínculos con la violencia generada por los cárteles de Guanajuato.
El 4 de octubre, dos músicos originarios de Villagrán, Guanajuato, fueron asesinados en el estacionamiento de Plaza Sur 40.
El 7 de noviembre, un comando asesinó a tres hombres en el restaurante Mr. Barbas, en el fraccionamiento Centro Sur. El dueño del lugar había trasladado su negocio desde Celaya, donde había sido víctima de un atentado previo.