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Hermosillo.— Edwin Armenui Bringas Rivas estuvo tres horas prensado entre el volante y el asiento de su vehículo. No perdió el conocimiento, pero no recuerda la causa del accidente que lo mantuvo más de cuatro años en terapias de rehabilitación. Hoy en día hasta juega futbol.
Una nota periodística, los relatos familiares y de sus tres acompañantes, son la respuesta a la pregunta que se hacía sobre por qué despertó todo desbaratado en un quirófano.
Tenía 24 años de edad, estaba por concluir la carrera de ingeniero electrónico en el Instituto Tecnológico de Sonora (Itson) y era gerente de una casa de cambio.
Kilómetros antes de llegar al destino turístico, en una curva fue impactado en el costado izquierdo por una camioneta Explorer, el golpe lo hizo dar vueltas sobre la carretera, momento en que sintió que se le quebró la columna.
El otro vehículo se salió de la autopista y se volcó, uno de los tripulantes no llevaba colocado el cinturón de seguridad, salió volando de la unidad y en el lugar perdió la vida.
Por notas informativas se enteró de que se trataba de unas personas que eran perseguidas por la policía; minutos antes habían llenado el tanque de gasolina y huyeron sin pagarla.
La “corretiza” terminó en tragedia, convirtió al joven estudiante en un inválido temporal, su cuerpo quedó prensado, con los brazos y las piernas rotas. Gritaba a sus acompañantes que lo sacaran del auto, que le arrancaran una de sus piernas quebrada y atorada en el asiento. La sangre se le escapaba del cuerpo.
Horas después elementos del cuerpo de bomberos cortaron las láminas del techo del vehículo y desarmaron el asiento para liberarlo.
En un principio su hermano pidió que lo trasladaran al hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) para que se le diera atención como derechohabiente, pero en el hospital le dijeron que no había sangre, por lo que fue trasladado de emergencia a uno privado.
Al despertar, le explicaron lo que pasó, por qué estaba en esa condición y la probabilidad de no volver a caminar. Edwin Armenui no recordaba, su memoria paró cuando salió de Ciudad Obregón.
Contagia Vida. Estuvo internado por meses en varios hospitales de Hermosillo, hasta que logró su traslado a Ciudad Obregón, donde terminó la convalecencia e inició con la terapia y la recuperación de siete transfusiones y más de 15 operaciones en diferentes tiempos.
Para toda atención necesitaba sangre, entonces lo atacó la tristeza, con tantos amigos no había quien se comprometiera a ayudarlo. No se explicaba cómo siendo donador desde los 18 años, no había ese regalo para él.
Destina tiempo en dar pláticas en escuelas de todos los niveles, empresas, grupos, iglesias, entre otros, para fomentar la donación de sangre y promueve campañas de donaciones grupales calendarizadas en los distintos bancos públicos.
Números fatales. De acuerdo con estadísticas del Inegi, cada año se pierden aproximadamente 1.3 millones de vidas a consecuencia de los accidentes de tránsito en el mundo. Entre 20 y 50 millones de personas sufren traumatismos no mortales, y a su vez, una proporción de estos casos deriva en algún tipo de discapacidad.
En 2017 se registraron 367 mil 789 accidentes de tránsito en México, de acuerdo con la Estadística de Accidentes de Tránsito Terrestre en Zonas Urbanas y Suburbanas.
El 1.0% de los accidentes de tránsito registrados fueron fatales, con 4 mil 394 decesos. En tanto, 17.6% corresponde a accidentes no fatales y donde se registraron 91 mil 157 heridos.
El 18 de noviembre de cada año es el Día Mundial en Recuerdo de las Víctimas de Accidentes de Tráfico.
Naciones Unidas adoptó este día para crear conciencia de la escala de devastación económica que producen estos siniestros, para reconocer el sufrimiento de las víctimas y la labor de los servicios de apoyo y rescate.
México ocupa el séptimo lugar a nivel mundial en muertes por accidentes de tránsito.