Pachuca.— Los gritos volvieron a retumbar: ¡Julio, gobernador! y ¡Sí se pudo!, así como en los días de campaña, pero esta vez era realidad; Julio Menchaca rendía protesta como el gobernador constitucional de Hidalgo número 34. Rodeado de las corcholatas del Presidente y la clase política nacional y local, el abogado cumplía su sueño.
Pero entre los vivas a Hidalgo, a la dignidad y a las mujeres y los gritos de “¡presidenta, presidenta!” para Claudia Sheinbaum y “¡presidente, presidente!” para Marcelo Ebrard, también hubo rechiflas, gritos de “¡fuera el PRI!” y de traidor para Ricardo Monreal.
Así inició la sesión solemne del Congreso estatal, en la plaza Juárez, la cual fue decretada recinto oficial para que Julio Menchaca rindiera protesta ante el pueblo.
Desde semanas antes se mantenían los preparativos para lo que ha sido calificado como un día histórico para esta entidad, ya que por primera vez en 93 años arriba un gobernador de un partido diferente al PRI y con ello, Morena suma un estado más a sus filas.
El toldo que se colocó en la plaza Juárez estaba lleno, dividido por vallas para diversos invitados: senadores, diputados y secretarios en los primeros sitios; las siguientes áreas para el resto de los asistentes. Cada uno fue nombrado por Julio Menchaca, quien sonriente señalaba: “Hay quórum”.
En su ingreso al recinto no faltaron los saludos y selfies. El secretario de Gobernación, Adán Augusto López, sostenía una intensa charla con el senador Ricardo Monreal.
Bajo la sombra de Benito Juárez, a las 12:05, Julio Menchaca alzó la mano y protestó como gobernador y con ello, la maestra de ceremonias señaló que comenzaba la transformación en esta entidad.
Los asistentes arengaban los vivas y cada uno se hacía presente entre porras. La banda sinfónica tocaba y todos querían tomarse la foto con el gobernador y con las corcholatas. En el “aplausómetro”, Claudia Sheinbaum se llevó las palmas, seguida por Marcelo Ebrard y Adán Augusto López.
Afuera de las vallas se veían las banderas de los grupos presentes: jóvenes, campesinos, cooperativistas de la Cruz Azul. Algunos comentaban que por primera vez tenían la oportunidad de estar presentes en una toma de protesta.
Y es que sí, la invitación fue abierta, el gobernador así lo quiso y por ello, la ceremonia fue en una plaza pública.
“Yo creo que a todos nos va a ir bien. Que podamos estar presentes habla de un acercamiento con la ciudadanía. Consideramos que es un preámbulo de lo que será este gobierno, señalaba un morenista esperanzado.
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