Zacatecas.— Para mostrar su poderío y causar terror, los grupos delictivos han recurrido a la extrema violencia en seis entidades al cometer una serie de delitos de alto impacto, con asesinatos múltiples y masacres que, al menos en lo que va del año, han dejado más de 147 víctimas en 33 hechos violentos.
EL UNIVERSAL realizó un recuento de multihomicidios en Guanajuato (10 masacres y 39 muertos), Zacatecas (siete, con 38 víctimas), Michoacán (seis y 28 muertos), Guerrero (cinco y 19 víctimas), Veracruz (dos, con 13 fallecidos) y Chihuahua (tres hechos, con 10 decesos).
En todos los casos se ha ejercido suma crueldad en estos ataques armados con personas quemadas, así como cuerpos colgados, desmembrados y encobijados; incluso, dentro de las víctimas mortales figuran por lo menos 22 mujeres.
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De acuerdo con autoridades, la mayoría de las matanzas y asesinatos múltiples ocurridos en 2022 son producto de las pugnas internas entre grupos delictivos antagónicos que operan en esas regiones, pero también figuran masacres que van dirigidas contra la autoridad. En ambos casos, los grupos criminales han recurrido a causar la muerte de manera violenta a un alto número de personas para infundir el miedo y/o por venganza.
Al realizar un comparativo con el Informe de Atrocidades 2021, que emite la organización Causa en Común, en el segmento de Masacres, que contabiliza los asesinatos de tres personas o más, las tres entidades que registran el mayor número de los 529 casos cometidos el año pasado son: Guanajuato (96), Zacatecas (69) y Michoacán (58).
Mientras, los estados con más víctimas de toda una serie de actos catalogados como atrocidades, por causar la muerte con crueldad o maltrato extremo, fueron Veracruz (827), Guanajuato (802), Chihuahua (721), Zacatecas (621) y Jalisco (617).
“El miedo no se vende por kilo”
En entrevista con EL UNIVERSAL, Pablo Camacho, experto en temas de seguridad, delincuencia organizada y victimología, explica que los cárteles no dejan de ser empresas criminales, por ello, advierte que el terror es parte de la gama de productos del nuevo modelo criminal para ejercer control y poder.
“El miedo no se vende por kilos ni litros, se mide por el flagelo y las consecuencias que infringe. Doblega, aterroriza, ata las manos de las sociedades, de los servidores, es el mejor de los negocios porque también produce poder y tenerlo es lograr que otros hagan lo que tú quieres”, dice.
Bajo esta conjetura, deduce que los grupos criminales han recurrido a realizar masacres en la lucha por imponer su dominio.
“Simplemente pudieran matar a sus víctimas y desaparecerlas, pero prefieren exhibir sus cuerpos con lujo de violencia para mandar mensajes de castigos ejemplares. Es como un recado al destinatario de: ‘Alíniense, yo mando aquí, doblégate, rival; doblégate, sociedad, y doblégate, gobierno”, asegura.
Avizora que las masacres también muestran que ya no hay una plaza libre, pues todos reclaman los mismos territorios.
“¿Por qué matan a los policías?, porque son los representantes de la otra empresa o del poder legal que se llama gobierno, el que se supone que hace valer las leyes, porque no hay que olvidar que las policías y las Fuerzas Armadas son los que ejercen el monopolio legítimo del uso de la fuerza”, agrega el experto.
Camacho refiere que desde hace más de 10 años los grupos criminales en México operan bajo un nuevo modelo delictivo que se ha usado en las mafias italianas y con el que también “están tratando de asumir las capacidades del Estado, porque imponen leyes no escritas: también cobran impuestos a la sociedad, el llamado derecho de piso”.
Y para que eso suceda —precisa— “significa que hay o hubo un motor llamado corrupción, que penetra a las policías, funcionarios y hasta los más altos niveles del gobierno, porque si a los grupos criminales se les deja ejercer el poder y permea una forma de gobierno en la que interactúe el crimen organizado y las autoridades, se puede considerar que es un modelo de narcoestado”.
El experto considera que la violencia no se detendrá enviando más militares a Zacatecas, Michoacán u otras entidades, pues mientras no se aplique inteligencia para combatir verdaderamente los flujos de dinero del crimen organizado, que abarca estados y naciones, “México seguirá poniendo los muertos en las diferentes zonas de guerra que hay entre los grupos delictivos”.
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Los registros
Entre las 33 masacres en lo que va del año, las que más impacto han causado ocurrieron en Zacatecas y Veracruz.
El 6 de enero, el crimen organizado dejó 10 cuerpos (ocho hombres y dos mujeres) dentro de una camioneta que estacionó frente a palacio de gobierno.
El 5 de febrero dejaron otros 10 cuerpos encobijados y maniatados en las calles principales de la comunidad El Pardillo III, en el municipio de Fresnillo. Entre las víctimas figuraba el hermano de un diputado local; ese mismo día, encontraron otros seis cuerpos colgados de los barandales de una bodega.
El 7 de enero, en el municipio de Isla, Veracruz, se encontraron nueve cuerpos (ocho hombres y una mujer), desnudos y con huellas de tortura, a un costado de la carretera Cosoleacaque-La Tinaja, junto a un mensaje delictivo.