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Mérida.— Yucatán es una de las entidades del país que desde los últimos años ocupa de manera constante uno de los primeros cinco lugares a nivel nacional en índice y número de suicidios, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Informes de la Fiscalía General del Estado (FGE) indican que hasta el pasado 13 de agosto se registraron 154 suicidios. Mientras que en 2017 fueron 198 casos y en 2016 se registraron 227.
Este casi fue el destino de José Cortazar Segovia, de 43 años, quien —en el marco del Día Mundial para la Prevención del Suicidio— cuenta haber intentado quitarse la vida en cuatro ocasiones.
Era apenas un joven, cuenta, cuando presenció el asesinato de su padre, después de ese traumático evento, su vida se conviritó en un sube y baja emocional lleno de drogas y alcohol.
Han pasado 12 años desde que enfrentó “ese infierno”, relata. Y gracias a que encontró un grupo de autoayuda, fundó junto con otras personas la fraternidad Guerreros de la Luz.
Ahora, en este agrupación ayuda a personas con problemas de ansiedad, depresión, drogas, alcohol, codependencia, entre otros trastornos.
Cortazar Segovia detalla que intentó suicidarse de diferentes maneras: la primera colgándose del tubo de una regadera en un hotel de Veracruz.
Otra más, con su cinturón y en dos ocasiones se tiró frente a un vehículo en circulación cuando residía en Cancún. En ese último intento fue arrollado, y literalmente estuvo entre la vida y la muerte.
Tras ello, decidió buscar ayuda y transformarse. Hoy, tiene una vida estable, esposa y dos hijas. Asegura que ayudando a los demás es feliz, “así me realizo, siempre tengo que andar buscando nuevos proyectos, es la única forma de no volver a caer”, explica.
Dice que a raíz de lo que vivió en el mundo de las drogas y sus intentos de suicidio, decidió no sólo rehabilitarse sino estudiar tanatología. Ahí descubrió que quien pretende suicidarse tiene miedo de enfrentar la vida.
En entrevista con EL UNIVERSAL, sostiene que pese a que hubo mucho sufrimiento a su alrededor, todo lo vivido le permitió fortalecerse como persona y seguir su camino.
José explica que comparte su historia con otras personas para así sentar precedentes de cómo un ser humano puede llegar hasta el borde de sus límites, pero también cómo es posible superar las adicciones y la depresión.