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Puerto Escondido, Oaxaca
Eulalio comía huevos de tortuga cuando era niño. Originario de Ventanilla, una comunidad zapoteca del municipio de Santa María Tonameca, en la región Costa, cuenta que aunque ya le tocó poco, su padre sí los ponía en la mesa porque entonces no había mucho más para comer.
Más de 25 años después, Eulalio Cortés Reyes no sólo dejó de consumir los huevos, ahora es protector de esta especie, pues es uno de los siete integrantes de la cooperativa Servicios Ecoturísticos Ventanilla, quienes recorren más de 5 kilómetros de playa cada noche con la misión de conservar a las tortugas marinas que llegan a las playas de la comunidad.
En total son 19 los miembros de la cooperativa, el resto se dedica a proteger a otras especies de esta región, como el cocodrilo de río, el venado cola blanca y los bosques de mangle que habitan en la laguna.
“Vivimos del ecoturismo. La reserva donde estamos es óptima para hacer el aprovechamiento sustentable. Realizamos tours para que los turistas visiten la reserva y conozcan la flora y fauna que ahí se encuentra”, explica Eulalio sobre el trabajo que realizan.
En Ventanilla, casi 80% de los habitantes trabajan en la cooperativa Servicios Ecoturísticos, lo que ha ayudado a frenar el saqueo de nidos y disminuir el consumo de huevos, una costumbre gastronómica aún arraigada entre los pueblos costeños.
“La gente ya entendió que vale más preservarla que saquearla. Un nido de 100 huevos lo más caro que lo puedes vender es a 200 pesos; saldría a dos pesos el huevo. Si conservamos los nidos, los visitantes realizan la liberación y esto es 10 o 20 veces más benéfico para nosotros”, cuenta Eulalio sobre cómo los habitantes pasaron de ser saqueadores a trabajar por conservar a las tortugas.
“La gente en temporada alta decía ‘conservemos a las tortugas’, pero cuando bajaba el turismo, decía ‘vamos a comérnoslas’ porque no hay otra cosa”, recuerda. Ahora, comenta este tortuguero, la afluencia turística ya es alta y ha sustentado la continuidad de la labor de conservación.
“Ya llega mucho turismo y nos apoya para seguir con el proyecto”, dice.
Semillas
Tomando como un ejemplo la experiencia de Ventanilla, el Fondo Oaxaqueño para la Conservación de la Naturaleza impulsa desde 2018 un corredor de ecoturismo comunitario como parte de uno de sus ejes principales, el de comunidades sostenibles, mediante el cual se busca “colaborar con las iniciativas y emprendimientos productivos de las localidades y vincularlos con posibles mercados, siempre y cuando hagan un manejo sostenible de sus recursos naturales”.
El que habla es Francisco Rincón Gallardo, director general del fondo, quien explica que desde hace siete años el objetivo de esta organización es recuperar las poblaciones de especies que están en peligro de extinción y que la comunidades vean a las especies “como parte integral del ecosistema que está cumpliendo una función específica para la vida”.
Fue pensando en esos objetivos que el fondo impulsa a 13 proyectos asentados en la Costa y que van desde la playa Morro Ayuta hasta destinos como Lagunas de Chacahua, para posicionar a la región como un destino de ecoturismo donde los mismo se pueda estar en contacto con la naturaleza que ayudar a su conservación.
El director del fondo oaxaqueño explica que el objetivo de este corredor es que, a largo plazo, exista un sello que avale que Oaxaca es un destino sustentable. Para ello han comenzado a atraer a touroperadores y crear prototipos de experiencias de ecoturismo, para poder ofrecerlas tanto a hoteles y restaurantes para que se empiecen a vincular con los colectivos.
Además de Chacahua y Morro Ayuta, las cooperativas tienen presencia en comunidades como Manialtepec, Boca Barra, La Escobilla, Puerto Escondido, Ventanilla, Puerto Ángel, Tangolunda, Huatulco y Copalita.
Metodología canadiense
Como fundamento de este corredor, proyectado a consolidarse en 10 años, el fondo oaxaqueño desarrolló un diagnóstico en 2018 sobre el panorama en el que se realizará.
Con base en estos datos fue que el fondo aplicó una metodología denominada Market Ready, que fue creada para atraer al turismo que venía de las olimpiadas a las comunidades indígenas de Cánada. Este modelo contempla cuatro categorías de cooperativas o empresas comunitarias: emergentes, listas para ser visitadas, listas para recibir turismo nacional y listas para exportar. Según sus cálculos, a partir de la realización de un muestreo, 85% de los emprendimientos de la Costa se considerarían emergentes.
“Aunque sean emergentes, le estamos apostando a buscarles un mercado con esas características, turistas a los que no les importe que tengan cierta infraestructura, porque si nos esperáramos a que la desarrollen... la gente necesita ahorita comer”, dice el director.
“Vamos a llevarnos a los colectivos a la Feria de viajes y aventura Adventure Travel México (ATMEX) y ya los registramos ante el Instituto Nacional de la Economía Social, hemos estado estructurándolos como cooperativa, para que puedan registrarse y bajar fondos”, agrega.
Francisco está convencido de que lo más importante de este proyecto es generar una comunidad de aprendizaje entre los colectivos sobre las experiencias del ecoturismo. “Es muy interesante cómo se está construyendo una comunidad que tiene como hilo conductor a la costa de Oaxaca y sus ecosistemas”, finaliza. EL UNIVERSAL Oaxaca