Comitán de Domínguez.— Miles de personas de las localidades de Villa de las Rosas y Guadalupe Tepeyac, en Chiapas, se quedaron sin atención médica debido a dos hechos violentos que protagonizaron los propios lugareños ante la muerte de habitantes por coronavirus.
La madrugada del jueves cientos de personas quemaron el Palacio Municipal y las oficinas de Protección Civil de la alcaldía de Villa de las Rosas y causaron destrozos en la clínica de la Secretaría de Salud.
De acuerdo con los pobladores, un campesino falleció, aparentemente por Covid-19, por lo que los médicos pidieron a la familia que no velaran el cuerpo y procedieran a inhumarlo de forma inmediata.
Esto molestó a los familiares, quienes pidieron apoyo a los habitantes del lugar y momentos después un centenar de hombres con el rostro cubierto con pasamontañas empezaron a recorrer las calles con palos y varillas, y se concentraron en la plaza central.
Ahí los sujetos procedieron a ingresar a la alcaldía, a la que prendieron fuego, y luego se trasladaron a las oficinas de Protección Civil para hacer lo mismo. Posteriormente se dirigieron hacia la clínica de la Secretaría de Salud, donde hicieron destrozos, sin que agentes de las policías Municipal y Estatal pudieran intervenir, ya que eran superados en número.
Vecinos indicaron que desde la tarde del miércoles los pobladores estaban molestos, porque supieron que Protección Civil y la Secretaría de Salud realizarían labores de fumigación y aseguraban que así se “pretendía enfermar” a la gente.
En Guadalupe Tepeyac, en el municipio de Las Margaritas, fue cerrada la Clínica Rural del IMSS —que da servicio a siete ayuntamientos y comunidades de Guatemala— tras la agresión que sufrió el director del centro de salud.
Lugareños relataron vía telefónica que el miércoles un grupo de personas molestas por el fallecimiento de un anciano, aparentemente por Covid-19 y que llevaba días internado en la clínica, sacaron violentamente al director de la unidad médica, Miguel Ángel Palacios Castro, lo golpearon y lo amarraron en el centro del pueblo.
Incluso, los inconformes amenazaron con destruir e incendiar el centro de salud.
Los pobladores dijeron que gracias a que “la mayoría de los habitantes de Guadalupe Tepeyac no estuvo a favor de los hechos violentos”, se logró la liberación del médico Palacios Castro.
A raíz de este hecho, el centro de salud dejó de funcionar y los enfermos que se encontraban en el lugar fueron trasladados a hospitales de Comitán de Domínguez, a unos 110 kilómetros de distancia.
Los médicos, enfermeras y personal administrativo acudieron el miércoles por la tarde a la Fiscalía de Justicia Indígena de Las Margaritas, para interponer una demanda por la agresión que sufrieron.